Saludo
1-4 Querido Tito:
Yo te ayudé a confiar en Jesucristo, y por eso tú eres para mí como un verdadero hijo. Tú y yo confiamos en Dios; por eso yo le pido a él, que es nuestro Padre, y a Jesucristo, nuestro Salvador, que te llenen de su amor y de su paz.
Como bien sabes, soy servidor de Dios y apóstol de Jesucristo. Fui enviado por él para que los elegidos de Dios confíen en él, y para que lleguen a conocer la verdad que enseña nuestra religión. Así estarán seguros de recibir la vida eterna, que Dios nuestro Salvador prometió desde hace mucho tiempo. Y sabemos que Dios no miente. En el momento que él consideró oportuno, me dio ese mensaje y me pidió que lo anunciara a los demás.
Lo que Tito debía hacer en Creta
5 Te dejé en la isla de Creta para que resolvieras los problemas pendientes, y para que nombraras líderes en las iglesias de cada pueblo. Tal y como te dije, 6 un líder de la iglesia debe ser alguien al que no se le pueda acusar de nada malo. Debe ser esposo de una sola mujer, y sus hijos deben creer en Jesucristo, portarse bien y ser obedientes. 7 Dios les ha encargado a los líderes de la iglesia que vigilen el trabajo de todos, para que todo se haga bien. Por eso, no deben ser tiranos, ni enojarse con facilidad ni emborracharse. Tampoco deben ser violentos, ni tramposos en sus negocios. 8 Al contrario, deben hacer siempre lo bueno, y recibir con gusto en su casa a quienes los visiten. Deben pensar bien las cosas antes de hacerlas, y ser justos, santos y disciplinados en todo. 9 No deberán creer otro mensaje que no sea el verdadero mensaje recibido de Dios, y mucho menos enseñarlo. Así podrán animar a otros por medio de la buena enseñanza, y convencer a los que se oponen a ella.
10 Porque por allí andan muchos que no obedecen la verdadera enseñanza, sino que engañan a los demás con sus enseñanzas tontas. Esto pasa, sobre todo, con algunos de ustedes que insisten en seguir practicando la circuncisión. 11 No los dejes enseñar, porque confunden a familias enteras, y lo hacen solo para ganar dinero.
12 Fue uno de los propios profetas de Creta el que dijo:
«Esa gente de Creta es mentirosa,
glotona y perezosa.
Se portan como animales salvajes.»
13 ¡Y es verdad! Por eso tienes que reprender mucho a esta clase de gente, y ayudarla para que vuelva a confiar en Jesucristo como es debido. 14 Ayúdalos a no prestar atención a mandamientos dados por gente mentirosa, ni a cuentos inventados por los judíos.
15 Los que obedecen sinceramente a Jesucristo consideran que todo es bueno. Pero los que no obedecen ni confían en él, creen que nada es bueno; solo piensan en lo malo, y no les remuerde la conciencia. 16 Dicen que conocen a Dios pero, cuando vemos el mal que hacen, sabemos que eso no es cierto. Son odiosos y desobedientes, incapaces de hacer algo bueno.
1 Yo, Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, fui enviado por él para que los elegidos de Dios fortalezcan su fe y lleguen al pleno conocimiento de la verdad, la cual se vive a través de la piedad, 2 pues la esperanza de la vida eterna nos sostiene. Dios, que no miente, prometió esta vida desde la eternidad, 3 y ahora, a su debido tiempo, ha dado a conocer su mensaje por medio de la proclamación que me ha sido confiada por mandato de Dios nuestro Salvador. 4 Te mando un saludo, Tito, verdadero hijo en la fe que ambos compartimos. Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre y de Jesucristo nuestro Salvador te acompañen.
Cualidades de quienes presiden la comunidad
5 Cuando te dejé en la isla de Creta, lo hice para que terminaras de arreglar lo que quedó pendiente y para que, en cada pueblo, nombraras ancianos, de acuerdo con lo que yo te encargué. 6 Un anciano debe ser irreprochable, debe haberse casado una sola vez, y sus hijos deben ser creyentes y de buena conducta para que nadie los acuse de llevar una vida desordenada e indisciplinada. 7 Pues quien preside la comunidad está encargado de las cosas de Dios, y por eso es necesario que sea irreprochable. No debe ser arrogante, ni de mal genio; no debe ser borracho, ni violento, ni ávido de ganancias mal habidas. 8 Al contrario, siempre debe estar dispuesto a hospedar gente en su casa; debe ser amante de lo bueno, tener buen juicio, ser justo, santo y dueño de sí mismo. 9 Debe apegarse al verdadero mensaje que se le enseñó, para que también pueda animar a otros con la sana enseñanza y convencer a quienes se oponen, mostrándoles su error.
Recomendaciones frente a los falsos maestros
10 Porque hay muchos rebeldes, sobre todo entre los que vienen del judaísmo, que dicen cosas sin sentido y engañan a la gente. 11 A esos hay que taparles la boca, pues trastornan familias enteras, enseñando lo que no deben para obtener ganancias mal habidas.
12 Con razón un profeta de la misma isla de Creta dijo de sus paisanos: «Los cretenses siempre son mentirosos, salvajes, glotones y perezosos.» 13 Y dijo la verdad; por eso, repréndelos duramente, para fortalecerlos en la fe 14 y para que no hagan caso de cuentos inventados por los judíos, ni de las órdenes de esos que dan la espalda a la verdad. 15 Para quienes son puros, todas las cosas son puras; pero para quienes son corruptos y no aceptan la fe, nada hay puro, pues tienen la mente y la conciencia corrompidas. 16 Dicen que conocen a Dios, pero con sus hechos lo niegan; son detestables e intransigentes, incapaces de hacer alguna obra buena.