El reino de justicia
1 Isaías continuó diciendo:
«Llegará el momento en que el rey
y los gobernantes de mi pueblo
actuarán con justicia;
2 brindarán protección y refugio
contra los ataques enemigos,
contra los tiempos difíciles,
y contra la corrupción.
3 »Estarán siempre vigilantes
y escucharán con atención;
4 actuarán con prudencia,
y hablarán con la verdad.
5 »Los malvados y tramposos
serán despreciados
6 porque siempre que hablan, ofenden;
hacen planes perversos,
cometen muchos crímenes,
no dan de comer al hambriento
ni dan de beber al sediento,
¡y hasta mienten contra Dios!
7 »Esos tramposos dicen mentiras
y hacen planes malvados;
con sus mentiras perjudican
a los pobres y necesitados
que reclaman justicia.
8 En cambio, la gente honesta
solo hace lo bueno,
y por eso es confiable».
Mujeres irresponsables
9 Isaías les dijo a las mujeres:
«Ustedes, mujeres irresponsables,
oigan bien lo que les voy a decir.
Escuchen bien mis palabras,
ustedes, que viven tan tranquilas.
10 Ahora todo parece estar bien,
pero dentro de un año
se pondrán a temblar de miedo,
porque no habrá pan ni vino.
11 »Les repito:
Ustedes, mujeres irresponsables,
que viven tan tranquilas,
comiencen a temblar.
Quítense esos vestidos
y pónganse ropas ásperas
en señal de dolor.
12 Recorran con lágrimas en los ojos
los campos llenos de trigo,
los viñedos llenos de uvas,
13 y los hogares de Jerusalén,
que alguna vez fueron felices.
Porque todo mi país
se llenará de espinos y matorrales.
14 »Mi ciudad, antes llena de gente,
quedará abandonada para siempre.
También quedarán abandonados
el palacio y las fortalezas.
En su lugar vivirán contentos
los asnos salvajes,
y podrá pastar el ganado.
Promesas de paz y seguridad
15 »Pero Dios vendrá a visitarnos,
y con su poder creador
convertirá el desierto en tierra fértil,
y la tierra fértil en un bosque hermoso.
16 Entonces habrá justicia
en todos los rincones del país.
17 La justicia traerá para siempre
paz, tranquilidad y confianza.
18 Mi pueblo vivirá
en un lugar tranquilo y seguro.
19 Aun cuando caiga granizo
y los bosques sean dañados,
aun cuando mi ciudad
vuelva a ser humillada,
20 ustedes vivirán felices.
Sus sembrados tendrán mucha agua,
y los burros y los bueyes
tendrán pastos en abundancia».
Reino de justicia
1 Un día habrá un rey que reinará con rectitud
y gobernantes que gobernarán con justicia.
2 Cada uno de ellos será como un refugio contra el viento,
como una protección contra la tempestad,
como canales de riego en tierra seca,
como la sombra de un peñasco en el desierto.
3 Tendrán los ojos bien abiertos
y estarán dispuestos a escuchar con atención;
4 no actuarán con premura sino con prudencia,
y dirán las cosas con toda claridad.
5 La gente no llamará noble al sinvergüenza,
ni tratará al pícaro como persona de importancia.
6 Porque el sinvergüenza habla necedades
y en su mente hace planes malvados;
para cometer crímenes,
pronuncia blasfemias contra el Señor;
deja ir al hambriento con las manos vacías
y no calma la sed del sediento.
7 El pícaro se vale de artimañas
y trama planes infames;
con mentiras perjudica a los pobres
y a los necesitados que demandan justicia.
8 En cambio, el generoso hace planes generosos,
y mantiene sus planes con firmeza.
Contra las mujeres frívolas
9 Y ustedes, mujeres despreocupadas,
oigan lo que voy a decirles:
Mujeres confiadas, escuchen mis palabras.
10 Ahora viven sin preocupaciones,
pero en poco más de un año se estremecerán,
porque la cosecha llegará a su fin
y ustedes no volverán a recoger uvas.
11 Tiemblen ustedes, que viven despreocupadas;
estremézcanse ustedes, que se sienten tranquilas;
cambien sus vestidos por ropas ásperas
y vístanse con ellas en señal de aflicción y luto;
12 lloren por los bellos campos y los fértiles viñedos.
13 En mi país, y en toda casa de la ciudad
que alegremente disfrutaba de las diversiones,
no crecerán más que espinos y matorrales.
14 El palacio quedará abandonado;
la ciudad, antes tan poblada, quedará desierta;
las fortificaciones, abandonadas para siempre;
allí retozarán felices los asnos salvajes,
y el ganado podrá alimentarse con sus pastos.
15 Pero el poder creador del Señor
vendrá de nuevo sobre nosotros,
y el desierto se convertirá en un viñedo,
y el viñedo llegará a ser más fértil.
16 La rectitud y la justicia reinarán
en todos los lugares del país.
17 La justicia producirá para siempre
paz, tranquilidad y confianza.
18 Mi pueblo habitará en un ambiente de paz,
en habitaciones seguras y en residencias tranquilas,
19 aunque el bosque sea talado
y humillada la ciudad.
20 Ustedes vivirán felices,
con riego abundante para sus sembrados
y pastos seguros para el burro y el buey.