Solo Dios salva
1 Isaías dijo:

«Ahora, pueblo de Israel,
Dios tu creador te dice:

“No tengas miedo.
Yo te he liberado;
te he llamado por tu nombre
y tú me perteneces.
2 Aunque tengas graves problemas,
yo siempre estaré contigo;
cruzarás ríos y no te ahogarás,
caminarás en el fuego y no te quemarás
3-4 porque yo soy tu Dios
y te pondré a salvo.
Yo soy el Dios santo de Israel.

”Israel, yo te amo;
tú vales mucho para mí.
Para salvarte la vida
y para que fueras mi pueblo,
tuve que pagar un alto precio.
Para poder llamarte mi pueblo,
entregué a naciones enteras,
como Sabá, Etiopía y Egipto.

5 ”No tengas miedo;
yo siempre estaré contigo.
No importa dónde estés,
yo te llamaré
y te haré volver a tu tierra,
y volverás a ser mi pueblo.
6 A las naciones del norte
y a las naciones del sur
les diré:

‘Devuélvanme a mi pueblo;
no se queden con ellos.
Dejen que mis hijos y mis hijas,
vuelvan de los lugares más lejanos.
7 Yo los he creado
para que me adoren
y me canten alabanzas.’”»
Israel, único testigo de Dios
8-9 Dios dijo:

«Mi pueblo tiene ojos, pero no ve;
tiene oídos, pero no escucha.
Pero ustedes, pueblos y naciones,
júntense y díganme
quién de ustedes ha anunciado
lo que antes sucedió.
Presenten a sus testigos
y demuestren que dicen la verdad».

10 Dios les dijo a los israelitas:

«Ustedes son mis testigos
y están a mi servicio.
Yo los elegí porque quería
que ustedes confiaran en mí;
los elegí para que entendieran
que yo soy el único Dios.
No habrá otro, ni antes ni después.

11 »Solo yo soy Dios,
solo yo puedo salvarlos.
12 Yo les anuncié que los salvaría,
y así lo hice.
No los salvó un dios extraño;
de eso, ustedes son mis testigos.
Yo soy el Dios de Israel,
y juro que así es.

13 »Yo soy Dios desde el principio,
y lo seré hasta el final.
Nadie puede librarse de mi poder,
ni deshacer lo que yo hago».
Babilonia será destruida
14 Isaías dijo:

«El Dios santo de Israel
les dio la libertad,
y ahora les dice:

“Para salvarlos a ustedes,
he mandado contra Babilonia
un ejército que derribará
todas las puertas de la ciudad.
Entonces la alegría de los babilonios
se convertirá en dolor.

15 ”Yo soy el Dios santo de Israel,
yo soy su creador y su rey”».
Liberación de los israelitas
16 Isaías dijo:

«Dios abrió un camino en el mar,
a través de las aguas profundas,
y por allí pasó su pueblo.
17 Los guerreros de Egipto
persiguieron a los israelitas
con caballos y carros de guerra,
pero se hundieron en el mar
y ya no pudieron levantarse;
la luz de su vida se apagó».

18 Y ahora, Dios le dice a su pueblo:

«No recuerden ni piensen más
en las cosas del pasado.
19 Yo voy a hacer algo nuevo,
y ya he empezado a hacerlo.
Estoy abriendo un camino en el desierto
y haré brotar ríos en la tierra seca.
20 Los chacales y los avestruces,
y todos los animales salvajes
entonarán cantos en mi honor.
Haré brotar agua en el desierto
y le daré de beber a mi pueblo elegido.
21 Yo mismo lo he creado
para que me adore.

22-23 »Pero tú, pueblo de Israel,
no me adoraste
ni me honraste
con tus sacrificios.
Más bien, te cansaste de mí.
Yo nunca insistí
en que me presentaras ofrendas
24 ni en que me dieras riquezas
ni en que me agradaras
con sacrificios de animales.
En cambio tú, me tienes harto
con tus pecados y maldades.

25 »Pero yo, que soy tu Dios,
borraré todos tus pecados
y no me acordaré más
de todas tus rebeldías.
26 Si tienes algo contra mí,
ven a discutir conmigo.
Preséntame tus razones,
a ver si eres inocente.
27 Tu primer antepasado y tus maestros
pecaron contra mí,
28 tus gobernantes no respetaron mi templo;
por eso yo, el único Dios,
permití que fueras humillado y destruido».
Solo el Señor puede salvar
1 Y ahora Israel, pueblo de Jacob,
el Señor tu creador te dice:
«No temas, que yo he pagado por tu libertad;
te he llamado por tu nombre, y tú eres mío.
2 Si tienes que cruzar ríos, yo estaré contigo,
si tienes que cruzar corrientes, no te ahogarás;
si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás,
pues las llamas no arderán en ti.
3 Yo soy tu Señor, tu salvador,
el Dios santo de Israel.
Yo he pagado por tu libertad;
he entregado como precio de rescate
a Egipto, a Etiopía y a Sabá,
4 pues tú eres para mí muy especial,
yo te amo, y por eso me eres de gran valor.
Para tenerte a ti, y para salvar tu vida,
he entregado hombres y naciones.
5 No tengas miedo, que yo estoy contigo.
Desde el oriente y el occidente
haré que vuelvan tus hijos, para reunirlos.
6 Diré al norte: “Devuélvelos”,
y al sur: “No te quedes con ellos.
Trae a mis hijos y a mis hijas
desde el lejano extremo del mundo;
7 trae a todos los que llevan mi nombre,
a todos los que yo creé y formé,
a todos los que hice para mi gloria.”

8 »Hagan venir a mi pueblo,
que tiene ojos pero está ciego,
y tiene oídos pero está sordo.
9 Reúnanse todos los pueblos,
júntense las naciones.
¿Quién entre ellas había predicho esto,
o había anunciado los acontecimientos pasados?
Que presenten testigos y demuestren tener la razón,
para que se oiga y se diga la verdad.»

10 El Señor afirma:
«Ustedes son mis testigos,
mis siervos, que yo elegí
para que me conozcan, confíen en mí,
y entiendan quién soy yo.
Antes de mí no ha existido ningún dios,
ni habrá ningún otro después de mí.
11 Solo yo soy el Señor;
fuera de mí nadie puede salvar.»

12 El Señor afirma:
«Yo lo he anunciado, lo he proclamado: yo los salvé;
no lo hizo un dios extraño,
y ustedes son mis testigos.
13 Siempre he sido el único Dios.
Nadie puede librar de mi poder.
Nadie puede deshacer lo que yo hago.»

14 El Señor, el Dios santo de Israel,
el que les ha dado libertad, dice:
«Para salvarlos a ustedes mandaré gente a Babilonia;
haré que se abran todas las puertas,
y la alegría de los caldeos se convertirá en dolor.
15 Yo soy el Señor, el creador de Israel,
el Dios santo y rey de ustedes.

16 Yo fui quien abrió un camino a través del mar,
un sendero por entre las aguas impetuosas;
17 yo hice salir a todo un poderoso ejército,
con sus carros y caballos, para destruirlo;
y quedaron derribados, ya no pudieron levantarse,
y fueron consumidos como mecha que se apaga.
18 Ya no recuerdes el ayer,
no pienses más en cosas del pasado.
19 Yo voy a hacer algo nuevo,
y verás que ahora mismo va a suceder.
Voy a abrir un camino en el desierto
y haré que corran ríos por la tierra estéril.
20 Me honrarán los animales salvajes,
los chacales y los avestruces,
porque haré brotar agua en el desierto
y ríos en la tierra estéril,
para dar de beber a mi pueblo elegido,
21 el pueblo que he formado
para que proclame mi alabanza.

22 »Pero tú, Israel, pueblo de Jacob,
no me invocaste, sino que te cansaste de mí.
23 No me ofreciste holocaustos de ovejas
ni me honraste con sacrificios.
Yo no te cansé pidiéndote ofrendas,
ni te molesté exigiéndote incienso.
24 Ni has tenido que comprar caña aromática
para traérmela como ofrenda,
ni complacerme con la grasa de animales sacrificados.
Por el contrario, me cansaste con tus pecados;
me molestaste con tus maldades.

25 »Pero yo, por ser tu Dios, borraré tus maldades
y no me acordaré más de tus pecados.
26 Si tienes algo contra mí, llevémoslo a juicio.
Trae tus argumentos, a ver si sales inocente.
27 Tu primer antepasado pecó,
tus maestros se rebelaron contra mí,
28 tus gobernantes profanaron mi templo;
por eso dejé que tú, Israel, pueblo de Jacob,
fueras destruido y avergonzado.