Dios premia a los que son fieles
1 Dios dijo:

«Hagan lo que es justo y bueno
porque pronto voy a mostrar
mi poder salvador.
2 Dichoso el que obedece
mis mandamientos
y los cumple con fidelidad.
Dichoso el que respeta
el día de descanso
y nunca hace nada malo.

3 »Si un extranjero me adora,
no tiene por qué decir:
“Dios me apartará de su pueblo”.
El hombre que no puede tener hijos
tampoco debe decir:
“Yo parezco un árbol seco”.
4 Porque si estos hombres
respetan el día de descanso,
si me obedecen y son fieles a mi pacto,
5 yo les daré algo mejor
que tener hijos e hijas:
haré que el nombre de ellos
quede grabado para siempre
en los muros de mi templo.
Les daré un nombre eterno
que nunca será borrado.

6-7 »A los extranjeros que me adoran,
que respetan el día de descanso,
y son fieles a mi pacto,
yo los traeré a mi monte santo
y los haré dichosos
en mi casa de oración.
Si esos extranjeros me adoran,
me sirven y me aman,
yo aceptaré los sacrificios
que ofrecen sobre mi altar,
porque mi casa será llamada:
“Casa de oración
para todos los pueblos”.

8 »Yo haré que los israelitas
que aún están fuera de su tierra
vuelvan a reunirse en su país.
Les juro que así será».
Dios reprende a los jefes malos
9 Dios dijo:

«Naciones enemigas,
vengan y ataquen a mi pueblo;
devórenlo como animales salvajes.

10 »Ustedes, jefes de mi pueblo,
deberían protegerlo
como perros guardianes;
pero parecen estar ciegos,
no se dan cuenta de nada;
parecen estar mudos,
no hacen ni dicen nada;
les gusta mucho dormir,
se pasan la vida durmiendo y soñando.

11 »Ustedes, jefes de mi pueblo,
son como perros hambrientos
que nunca se llenan.
Son gente que no entiende nada,
cada uno va por su camino,
siempre detrás de sus ganancias.

12 »Ustedes, jefes de mi pueblo,
dicen:

“¡Vengan!
Vamos a emborracharnos.
Y mañana haremos lo mismo,
o beberemos mucho más”».
El Señor recompensará a los fieles
1 El Señor dice:
«Practiquen la justicia,
hagan lo que es recto,
porque pronto llevaré a cabo la liberación;
voy a mostrar mi poder salvador.
2 Verdaderamente felices son
quienes siguen estos mandatos
y los cumplen con fidelidad,
quienes respetan el sábado y no lo profanan,
y se cuidan bien de no hacer nada malo.»

3 Jamás diga el extranjero que se entrega al Señor:
«El Señor me mantendrá separado de su pueblo.»
Tampoco el eunuco debe decir:
«Yo soy un árbol seco.»
4 Porque el Señor afirma:
«Si los eunucos respetan mis sábados,
si cumplen mi voluntad y se afirman en mi pacto,
5 yo les daré algo mejor que hijos e hijas;
haré que su nombre quede grabado para siempre
en mi templo, dentro de mis muros;
les daré un nombre eterno que nunca será borrado.
6 Y a los extranjeros que se entreguen a mí,
para servirme y amarme,
si respetan el sábado y no lo profanan
y se mantienen firmes en mi pacto,
7 yo los traeré a mi monte santo
y serán felices en mi casa de oración.
Yo aceptaré en mi altar sus holocaustos y sacrificios,
porque mi casa será declarada
casa de oración para todos los pueblos.
8 Yo haré que se reúnan y vuelvan
los que aún están en el destierro.»
Esto lo afirma el Señor,
que hace que vuelvan a reunirse
los israelitas que estaban dispersos.
Reproches a los malos líderes
9 Vengan, fieras salvajes y animales del bosque;
vengan a devorar el rebaño;
10 pues los guardianes de mi pueblo están ciegos
y no se dan cuenta de nada.
Todos ellos son perros mudos, incapaces de ladrar;
perros soñadores, siempre echados,
pues les encanta dormir;
11 perros hambrientos, que nunca se llenan;
pastores que no entienden nada;
cada uno sigue su propio camino
y solo busca sus propios intereses.
12 Dicen: «Vayamos por vino y bebidas fuertes
y bebamos hasta emborracharnos.
Y hagamos mañana lo mismo que hoy,
o mucho más todavía.»