La nueva vida
1 Por eso, hermanos míos, ya que Dios es tan bueno con ustedes, les ruego que dediquen toda su vida a servirle y a hacer todo lo que a él le agrada. Así es como se le debe adorar. 2 Y no vivan ya como vive todo el mundo. Al contrario, cambien de manera de ser y de pensar. Así podrán saber qué es lo que Dios quiere, es decir, todo lo que es bueno, agradable y perfecto.
3 Dios en su bondad me nombró apóstol, y por eso les pido que no se crean mejores de lo que realmente son. Más bien, véanse ustedes mismos según la capacidad que Dios les ha dado como seguidores de Cristo. 4 El cuerpo humano está compuesto de muchas partes, pero no todas ellas tienen la misma función. 5 Algo parecido pasa con nosotros como iglesia: aunque somos muchos, todos juntos formamos el cuerpo de Cristo.
6 Dios nos ha dado a todos diferentes capacidades, según lo que él quiso darle a cada uno. Por eso, si Dios nos autoriza para hablar en su nombre, hagámoslo como corresponde a un seguidor de Cristo. 7 Si nos pone a servir a otros, sirvámosles bien. Si nos da la capacidad de enseñar, dediquémonos a enseñar. 8 Si nos pide animar a los demás, debemos animarlos. Si de compartir nuestros bienes se trata, no seamos tacaños. Si debemos dirigir a los demás, pongamos en ello todo nuestro empeño. Y si nos toca ayudar a los necesitados, hagámoslo con alegría.
Cómo vivir la vida cristiana
9 Amen a los demás con sinceridad. Rechacen todo lo que sea malo, y no se aparten de lo que sea bueno. 10 Ámense unos a otros como hermanos, y respétense siempre.
11 Trabajen con mucho ánimo, y no sean perezosos. Trabajen para Dios con mucho entusiasmo.
12 Mientras esperan al Señor, muéstrense alegres; cuando sufran por el Señor, muéstrense pacientes; cuando oren al Señor, muéstrense constantes.
13 Compartan lo que tengan con los pobres de la iglesia. Reciban en sus hogares a los que vengan de otras ciudades y países.
14 No maldigan a sus perseguidores; más bien, pídanle a Dios que los bendiga.
15 Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza.
16 Vivan siempre en armonía. Y no sean orgullosos, sino traten como iguales a la gente humilde. No se crean más inteligentes que los demás.
17 Si alguien los trata mal, no le paguen con la misma moneda. Al contrario, busquen siempre hacer el bien a todos. 18 Hagan todo lo posible por vivir en paz con todo el mundo. 19 Queridos hermanos, no busquen la venganza, sino dejen que Dios se encargue de castigar a los malvados. Pues en la Biblia Dios dice: «A mí me toca vengarme. Yo le daré a cada cual su merecido.» 20 Y también dice: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.»
21 No se dejen vencer por el mal. Al contrario, triunfen sobre el mal haciendo el bien.
La vida nueva
1 Por lo tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que deben ofrecer. 2 Y no busquen encajar en los patrones de estos tiempos; al contrario, cambien esos esquemas por una nueva mentalidad que los lleve a discernir cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
3 Por el encargo que Dios en su gracia me ha encomendado, digo a todos y cada uno de ustedes que no tengan un concepto más alto de sí que el que deben tener. Antes bien, cada uno piense de sí mismo con prudencia, de acuerdo al grado de fe que Dios le haya dado. 4 Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros sirven para lo mismo, 5 así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo.
6 Dios nos ha dado diferentes dones, según lo que él ha querido dar a cada uno. Por lo tanto, si Dios nos ha dado el don de profecía, usémoslo conforme a la fe que tenemos; 7 si nos ha dado el don de servir a otros, sirvámoslos bien; si hemos recibido el don de enseñar, enseñemos con dedicación; 8 si recibimos el don de animar a otros, animémoslos con entusiasmo. Quien tenga el don de repartir, hágalo con generosidad; quien presida, hágalo con todo cuidado; quien ayude a los necesitados, hágalo con alegría.
Deberes de la vida cristiana
9 Que el amor entre ustedes sea sincero. Aborrezcan el mal y apéguense al bien. 10 Ámense como hermanos los unos a los otros, con cariño y respeto; estimen a los demás mejor que a sí mismos.
11 Esfuércense, no sean perezosos; sirvan al Señor con un corazón ferviente.
12 Alégrense en la esperanza; soporten con valor los sufrimientos; nunca dejen de orar.
13 Compartan lo que tienen con los necesitados del pueblo creyente; practiquen la hospitalidad.
14 Bendigan a quienes los persigan. Bendíganlos y no los maldigan.
15 Alégrense con los que estén alegres y lloren con los que lloren.
16 Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino caminen a la par con los humildes. No presuman de sabios.
17 No paguen a nadie mal por mal. Procuren hacer el bien a la vista de todos. 18 Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan por vivir en paz con todos. 19 Queridos hermanos, no tomen venganza ustedes mismos, sino dejen que sea Dios quien castigue; porque las Escrituras dicen: «A mí me corresponde hacer justicia; yo daré a cada cual su merecido, dice el Señor.» 20 Y también: «Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; y si tiene sed, dale de beber; así harás que le arda la cara de vergüenza.» 21 No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence el mal con el bien.