¡Danos la victoria!
SALMO 60 (59)
(1-2) David compuso este himno para que sirviera de enseñanza. Lo compuso cuando luchó contra los arameos que vivían en la región noroeste de Mesopotamia y en la parte central de Siria. En esa ocasión Joab regresó y venció a doce mil edomitas en el Valle de la Sal.
Instrucciones para el director del coro: Este himno deberá cantarse con la melodía «El lirio del pacto».
1 1 (3) Dios mío,
tú te enojaste,
te alejaste de nosotros
y nos destruiste.
¡Ahora vuelve a ayudarnos!
2 2 (4) Sacudiste la tierra,
y se llenó de grietas;
¡sánala, porque se desmorona!
3 3 (5) Nos has dado
pruebas muy duras;
nos has dado a beber un vino
que nos hace tropezar.
4-5 4-5 (6-7) Nosotros te somos fieles:
¡respóndenos!
¡Sálvanos con tu poder!
¡Dinos qué debemos hacer
para escapar de las flechas!
Así este pueblo que amas
quedará a salvo.
6 6 (8) Desde tu templo has declarado:

«Cuando yo triunfe
repartiré entre mi pueblo
las tierras de Siquem
y las del valle de Sucot.
7 7 (9) Las tierras de Galaad son mías;
al norte están las tribus de José
para proteger a mi pueblo,
y en Judá he puesto al rey.
8 8 (10) Los de Moab son mis esclavos,
Edom es mi propiedad,
y en territorio filisteo
lanzo gritos de victoria».

9 9 (11) ¿Quién quiere llevarme
hasta la ciudad con muros?
¿Quién quiere enseñarme
el camino que lleva a Edom?
10 10 (12) ¡Tú, Dios mío,
te has alejado de nosotros
y ya no sales a pelear
al frente de nuestros ejércitos!
11 11 (13) La ayuda humana resulta inútil;
¡ayúdanos a vencer al enemigo!
12 12 (14) Dios nuestro, tú los vencerás;
¡con tu ayuda saldremos victoriosos!
SALMO 60 (59)
Oración en que se pide la ayuda divina
(Sal 108.6-13[7-14])
1 (1) Del maestro de coro, según la melodía de «Los lirios del testimonio». Poema didáctico de David, 2 (2) cuando salió a luchar contra los arameos de Najarayin y de Soba, y Joab a su regreso derrotó a doce mil edomitas en el valle de la Sal.
1 1 (3) Oh, Dios,
en tu enojo nos has abandonado,
nos has deshecho por completo;
¡devuélvenos ahora nuestra fuerza!
2 2 (4) Has hecho que la tierra tiemble y se agriete;
¡cierra sus grietas, pues se desmorona!
3 3 (5) Has hecho pasar a tu pueblo duras pruebas,
nos has dado un vino que enloquece.
4 4 (6) A los que te honran les diste la señal
para que escaparan de las flechas,
5 5 (7) ¡respóndenos y sálvanos con tu poder!
¡dales la victoria a los que amas!

6 6 (8) Dios ha dicho en su santuario:
«¡Con qué alegría dividiré Siquén
y repartiré el valle de Sucot!
7 7 (9) Galaad y Manasés me pertenecen;
Efraín es el casco que cubre mi cabeza;
Judá es mi bastón de mando;
8 8 (10) Moab es la palangana en que me lavo,
y sobre Edom arrojaré mi sandalia;
¡gritaré de triunfo sobre los filisteos!»

9 9 (11) ¿Habrá quien me lleve a la ciudad amurallada?
¿Habrá quien me guíe hasta Edom?
10 10 (12) Porque tú, oh Dios, nos has rechazado;
¡no sales ya con nuestras tropas!
11 11 (13) Ayúdanos contra el enemigo,
pues nada vale la ayuda humana.
12 12 (14) Con la ayuda de Dios haremos grandes cosas;
¡él aplastará a nuestros enemigos!