Las hijas de Selofhad
1 Había en Israel un hombre llamado Selofhad, que era hijo de Héfer, nieto de Galaad, y bisnieto de Maquir. Todos ellos eran de la tribu de Manasés, el hijo de José.
Selofhad tenía cinco hijas que se llamaban Mahlá, Noá, Hoglá, Milcá y Tirsá. 2 En cierta ocasión, ellas fueron a la entrada del santuario para hablar con Moisés, Eleazar, los jefes del pueblo y todos los israelitas. Y les dijeron:

3 «Nuestro padre no fue uno de los que siguieron a Coré para rebelarse contra Dios. Sin embargo, también murió en el desierto a causa de sus pecados. Él nunca tuvo un hijo varón, 4 pero no es justo que por eso su nombre sea borrado de la lista de su familia. Es injusto que ahora no nos entreguen sus terrenos. Nosotras les rogamos que nos den un terreno, para vivir entre nuestros familiares».

5 Moisés fue a consultar a Dios, 6 y Dios le contestó:

7 «Las hijas de Selofhad tienen razón. Dales el terreno que era de su padre, para que puedan vivir entre sus familiares. 8 Y diles a los israelitas:
»Si un hombre muere sin haber tenido hijos varones, sus propiedades serán de su hija. 9 Si no tiene una hija, entonces esa herencia será de sus propios hermanos. 10 Y si no tiene hermanos, sus propiedades se le darán a los hermanos de su padre. 11 Y si su padre no tiene hermanos, entonces pasará su herencia al familiar más cercano. Esta es una orden que yo mismo les he dado; ustedes deben obedecerla siempre.»
Un nuevo líder en Israel
12-14 Dios le dijo a Moisés:

—Ni tú ni tu hermano Aarón reconocieron mi grandeza. Ustedes dos me desobedecieron en el desierto de Sin, cuando el pueblo se peleó conmigo y me exigió agua en Meribá. Pero sube al monte Abarim para que veas el territorio que les voy a dar a los israelitas. Sin embargo, morirás sin disfrutar de él, como sucedió con tu hermano Aarón.

15 Y Moisés le respondió:

16 —Dios mío, tú eres el que nos da vida a todos. Te pido que les des a los israelitas un líder 17 que los guíe por dondequiera que vayan. No dejes que tu pueblo ande como un rebaño de ovejas sin pastor.

18-21 Entonces Dios le ordenó a Moisés:

—Llama a Josué, que es un hombre valiente y me obedece; llévalo ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo, y en presencia de ellos pon tus manos sobre su cabeza. Así le pasarás tu autoridad y lo harás jefe principal del pueblo. Yo le diré por medio de Eleazar lo que debe hacer como jefe del ejército israelita. Ordénales a los israelitas que deben obedecer a Josué en todo.

22-23 Y Moisés hizo todo esto, tal como Dios se lo había mandado.
La herencia de las hijas
1 En la tribu de Manasés había cinco hermanas, que se llamaban Malá, Nogá, Joglá, Milca y Tirsa. Eran hijas de Selofejad, descendientes directas de Jéfer, Galaad, Maquir, Manasés y José. 2 Estas cinco hermanas fueron a la entrada de la tienda del encuentro para hablar con Moisés, con el sacerdote Eleazar, y con los jefes de la comunidad, y les dijeron: 3 «Nuestro padre murió en el desierto, pero él no pertenecía al grupo de Coré que se rebeló contra el Señor. Murió a causa de su propio pecado y sin dejar hijos varones. 4 Pero no es justo que el nombre de nuestro padre desaparezca de su clan simplemente porque no tuvo un hijo varón. Danos una porción de tierra a nosotras entre los hermanos de nuestro padre.»
5 Moisés presentó al Señor el caso de estas mujeres, 6 y el Señor le respondió: 7 «Las hijas de Selofejad tienen razón. Asígnales una porción de tierra entre los hermanos de su padre, y que la herencia de su padre pase a ellas. 8 Di además a los israelitas que si alguien muere sin dejar hijo varón, su herencia pasará a manos de su hija; 9 pero si no tiene ninguna hija, dejará su herencia a sus hermanos; 10 y si no tiene hermanos, dejará su herencia a los hermanos de su padre. 11 En caso de que su padre no haya tenido hermanos, dejará su herencia a su pariente más cercano. Esta será una ley para los israelitas, tal como yo te lo he ordenado a ti.»
Josué es designado sucesor de Moisés
(Dt 31.1-8)
12 El Señor le dijo a Moisés:
—Sube a este monte de Abarín, y mira la tierra que les he dado a los israelitas. 13 Después de que la hayas visto, morirás y te reunirás con tus antepasados, como tu hermano Aarón, 14 ya que ustedes dos desobedecieron mis órdenes en el desierto de Zin cuando el pueblo me hizo reclamaciones, y no me honraron delante de ellos cuando pidieron agua. (Esto se refiere al manantial de Meriba, en Cadés, en el desierto de Zin.)
15 Y Moisés dijo al Señor:
16-17 —Dios y Señor, tú que das la vida a todos los hombres, nombra un jefe que se ponga al frente de tu pueblo y lo guíe por todas partes, para que no ande como rebaño sin pastor.
18 El Señor respondió a Moisés:
—Josué hijo de Nun es un hombre de espíritu. Tómalo y pon tus manos sobre su cabeza. 19 Luego preséntalo ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo, y dale el cargo delante de todos ellos; 20 pon sobre él parte de tu autoridad, para que todo el pueblo de Israel lo obedezca. 21 Pero Josué deberá presentarse ante el sacerdote Eleazar, y Eleazar me consultará en su nombre por medio del Urim. Josué será quien dé las órdenes a los israelitas, para todo lo que hagan.
22 Moisés hizo tal como el Señor se lo había ordenado. Tomó a Josué y lo presentó ante el sacerdote Eleazar y ante todo el pueblo. 23 Le puso las manos sobre la cabeza y le dio el cargo, tal como el Señor lo había ordenado por medio de Moisés.