Los gabaonitas engañan a Josué
1 Los reyes de los pueblos de Canaán se enteraron de que los israelitas habían derrotado a sus enemigos. 2 Entonces se pusieron de acuerdo para pelear contra Josué y los israelitas.
3 Sin embargo, cuando los gabaonitas, que eran de la tribu de los heveos, supieron lo que Josué había hecho en las ciudades de Ai y Jericó, 4 decidieron engañarlo. Algunos de ellos fueron a buscar alimentos, y los cargaron sobre sus asnos en bolsas ya gastadas y pusieron vino en viejos recipientes de cuero remendados. 5 Se pusieron ropas y sandalias viejas y gastadas. Solo llevaban pan seco y hecho pedazos, para hacer creer que venían de lejos. 6 Cuando llegaron al campamento en Guilgal, les dijeron a Josué y a los israelitas:
—Venimos de un país muy lejano. Queremos hacer un trato con ustedes.
7 Pero los israelitas les preguntaron:
—¿Por qué quieren hacer un trato con nosotros? ¿Cómo podemos saber que no viven cerca de aquí?
8 Los gabaonitas le respondieron a Josué:
—Queremos ponernos al servicio de ustedes.
Josué volvió a preguntarles:
—Pero, ¿quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen?
9 Entonces los gabaonitas le contaron esta historia:
—Estimado señor, nosotros venimos de un país muy lejano, porque hemos sabido de las maravillas que ha hecho el Dios de ustedes. Nos enteramos de todo lo que él hizo en Egipto, 10 y también de lo que hizo con los dos reyes amorreos del otro lado del Jordán, es decir, con Sihón rey de Hesbón y con Og rey de Basán, que vivía en Astarot. 11 Nuestros líderes y toda la gente que vive en nuestro país nos dijeron: “Llévense alimentos para un viaje largo, y vayan a encontrarse con el pueblo de Israel. Pónganse al servicio de ellos y pídanles que hagan un trato con nosotros. 12 ¡Fíjense en nuestro pan! Cuando salimos de nuestras casas todavía estaba caliente, pero ahora está seco y hecho pedazos. 13 Cuando llenamos estos recipientes de cuero con vino, eran nuevos; pero ¡mírenlos! ¡Están todos remendados, y nuestras ropas y sandalias están gastadas por tan largo viaje!”
14 Los israelitas aceptaron comer de esas provisiones, sin consultar a Dios. 15 Fue así como Josué hizo un pacto con los gabaonitas y prometió dejarlos vivir en paz. También los líderes de los israelitas se comprometieron a respetar ese acuerdo.
Los israelitas descubren el engaño de los gabaonitas
16 Tres días después de haber confirmado el pacto, los israelitas descubrieron que en realidad los gabaonitas eran vecinos suyos, 17 pues llegaron a las ciudades donde vivía esa gente. 18 Pero los israelitas no pudieron matarlos, porque sus líderes habían prometido en el nombre del Dios de Israel, que no los matarían. Entonces el pueblo protestó contra sus líderes, 19 y ellos se defendieron diciendo:
—Recuerden que prometimos en el nombre del Dios de Israel, que no les haríamos daño. 20 Tenemos que dejarlos vivir, pues de lo contrario, Dios nos castigará. 21 Pero ellos tendrán que trabajar para nosotros cortando leña y acarreando agua.
22 Pero Josué mandó llamar a los gabaonitas y les preguntó:
—¿Por qué nos engañaron diciendo que venían de lejos, cuando en realidad viven aquí cerca? 23 Por esto, Dios los condena a ser esclavos, y de ahora en adelante cortarán leña y acarrearán agua para el santuario de mi Dios.
24 Ellos le respondieron:
—Si mentimos, fue porque teníamos miedo de perder la vida. Nosotros sabemos bien lo que el Dios de ustedes prometió a Moisés y a todo el pueblo de Israel. Prometió que les daría toda la tierra, y mandó matar a todos sus habitantes. 25 Estamos en sus manos. Haga usted con nosotros lo que mejor le parezca.
26 Así fue como Josué protegió a los gabaonitas y no permitió que los israelitas los mataran. 27 Pero los puso a trabajar como esclavos, cortando leña y acarreando agua para los israelitas y para el altar de Dios. Hasta el momento de escribir este relato los gabaonitas siguen haciendo estos trabajos en el lugar que Dios eligió para vivir.
Salvados por su astucia
1-2 Todos los reyes que vivían al oeste del río Jordán se enteraron de las victorias de Josué. Así que se unieron para atacar a Josué y a todo el pueblo israelita. Eran los reyes que vivían en la orilla occidental del río Jordán, en las montañas, en la llanura y en toda la costa del mar Mediterráneo hasta las regiones del Líbano. Unos eran hititas, otros eran amorreos o cananeos, y también otros eran ferezeos, jivitas y jebuseos. 3 Sin embargo, los gabaonitas supieron lo que Josué había hecho con las ciudades de Jericó y de Hai, 4 y decidieron engañarlo. Sobre sus burros echaron costales y cueros de vino viejos, rotos y remendados, y se pusieron en camino. 5 También se pusieron ropa y sandalias viejas y remendadas, y tomaron para el camino únicamente pan seco y mohoso. 6 Cuando llegaron al campamento de Gilgal, dijeron a Josué y a los israelitas:
—Venimos de tierras lejanas. Hagan ustedes un pacto con nosotros.
7 Los israelitas les contestaron:
—A lo mejor ustedes viven por aquí, cerca de nosotros; ¿cómo vamos entonces a hacer un pacto con ustedes?
8 Pero los gabaonitas le dijeron a Josué:
—Nosotros nos ponemos al servicio de usted.
Él les preguntó:
—¿Quiénes son ustedes? ¿De dónde vienen?
9 Y ellos respondieron:
—Venimos de muy lejos, debido a la fama del Señor su Dios. Hemos sabido todo lo que él hizo en Egipto, 10 y lo que les hizo a los dos reyes amorreos al otro lado del río Jordán, es decir, a Sijón de Jesbón y a Og de Basán, que vivía en Astarot. 11 Por eso, nuestros consejeros y nuestros compatriotas nos dijeron: “Tomen ustedes provisiones para el camino y vayan a donde ellos están. Díganles que nos ponemos a su servicio y que queremos hacer un pacto con ellos.” 12 Cuando salimos en busca de ustedes, este pan todavía estaba caliente, y ahora ya está mohoso y seco. 13 También estos cueros estaban nuevos cuando los llenamos de vino, y ahora ya están rotos. Y lo mismo ha pasado con nuestra ropa y nuestras sandalias, pues el camino ha sido largo.
14 Los israelitas probaron las provisiones de los gabaonitas, pero no consultaron al Señor. 15 Entonces Josué hizo un pacto de paz con ellos, y se comprometió a perdonarles la vida; y los demás jefes israelitas juraron hacer lo mismo.
16 Tres días después, los israelitas se enteraron de que los gabaonitas eran vecinos suyos, y de que vivían cerca de ellos. 17 Entonces salieron en busca de los gabaonitas, y al tercer día llegaron a sus ciudades, que eran Gabaón, Cafira, Berot y Quiriat Yearín. 18 Pero los israelitas no los mataron, porque los jefes les habían jurado por el Señor y Dios de Israel que les perdonarían la vida.
Por esta razón el pueblo murmuraba contra sus jefes, 19 pero los jefes les dijeron:
—Nosotros hemos jurado por el Señor, el Dios de Israel, que no los mataríamos. Por eso, ahora no podemos hacerles nada. 20 Tenemos que dejarlos vivir, porque si rompemos el juramento, Dios se enojará con nosotros.
21 Así pues, los jefes israelitas ordenaron que se dejara con vida a los gabaonitas, pero que fueran puestos como leñadores y aguadores para todo el pueblo. De esa manera los jefes mantuvieron su promesa.
22 Por su parte, Josué llamó a los gabaonitas y les preguntó:
—¿Por qué nos engañaron diciéndonos que venían de muy lejos, cuando la verdad es que viven aquí mismo? 23 Por esta razón quedarán ustedes bajo maldición, y para siempre serán sirvientes. Tendrán que cortar la leña y sacar el agua que se necesite para la casa de mi Dios.
24 Y ellos contestaron a Josué:
—Nosotros lo hicimos porque teníamos mucho miedo de que usted nos fuera a matar, pues nos enteramos de que el Señor su Dios le había ordenado a Moisés, su siervo, darles a ustedes toda esta región, y destruir a todos los que vivían aquí. 25 Pero estamos en sus manos; haga usted con nosotros lo que le parezca más conveniente.
26 Josué, pues, no permitió que los israelitas mataran a los gabaonitas, 27 pero los destinó a ser leñadores y aguadores para el pueblo y para el altar del Señor, en el lugar que el Señor eligió. Y hasta el día de hoy los gabaonitas tienen esa ocupación.