Dios quiere ayudar a su pueblo
1 Dios continuó diciendo:
«Yo quiero salvar a mi pueblo,
pero veo que todos ellos
han cometido grandes pecados.
Todos ellos son mentirosos y ladrones;
entran a robar en las casas
y en plena calle cometen asaltos.
2 Yo los conozco muy bien:
están llenos de maldad,
pero ellos no quieren reconocerlo.
3 Con sus pecados y mentiras
alegran al rey y a sus jefes.
4 No hay uno solo de ellos
que sea fiel en su matrimonio;
se parecen a un horno caliente,
al que no hace falta calentarlo más:
el panadero solo tiene que esperar
a que fermente la masa.
5 »Cuando el rey celebra alguna fiesta,
los jefes beben hasta emborracharse;
¡y son esos borrachos burlones
a quienes el rey llama sus amigos!
6 Pero ellos se acercan al rey
con la intención de traicionarlo.
No descansan durante la noche,
sino que se la pasan planeando
cómo destruirlo al día siguiente.
7 Son como un horno:
¡arden para quemar por completo
a todos sus gobernantes!
Quitan del trono a sus reyes,
¡pero ninguno de ellos busca mi ayuda!
El pueblo abandona a Dios
8 »Los de Israel han hecho amistad
con gente que no cree en mí.
Mi pueblo se parece al pan mal horneado:
por un lado está bien cocido
y por el otro lado está crudo.
9 Los egipcios y los sirios
están acabando con Israel,
pero Israel ni siquiera se da cuenta.
¡Han acabado con sus fuerzas,
pero tampoco se da cuenta!
10 »Israel no ha querido arrepentirse
ni buscarme a mí, que soy su Dios.
Su orgullo no lo deja hacerlo.
11 »Israel les pide ayuda y apoyo
a las naciones de Egipto y Asiria.
Actúa como una paloma
confundida y sin inteligencia;
12 pero, cuando vaya a buscar ayuda,
lo atraparé como a los pájaros
y lo castigaré por su maldad.
13 »¡Qué mal les va a ir!
¡Se arrepentirán de haberme abandonado!
¡Terribles cosas vendrán sobre ellos
porque se han rebelado contra mí!
Yo estoy dispuesto a salvarlos,
pero ellos solo me dicen mentiras.
14 En sus camas lloran de dolor,
y se hacen heridas a propósito,
pero sus oraciones no son sinceras;
lo hacen para pedirme buenas cosechas,
pero siguen siendo rebeldes.
15 »Yo les he dado enseñanzas,
los he llenado de fuerza,
pero ellos hacen planes contra mí.
16 No me toman en cuenta,
y por eso fracasan en todo.
Sus jefes se creen muy valientes,
pero morirán en el campo de batalla
y los egipcios se burlarán de ellos.
1 »Cuando quiero curar a Israel,
se descubren la culpa de Efraín
y las maldades de Samaria.
Porque todos practican la mentira;
como ladrones, entran en las casas
y asaltan a la gente en plena calle.
2 No tienen en cuenta
que yo recuerdo todas sus maldades.
Ahora están acorralados por sus propias acciones,
que están siempre presentes ante mí.
La corrupción de los gobernantes
3 »Con su maldad y sus mentiras
mi pueblo divierte al rey y a los jefes.
4 Todos ellos son adúlteros;
son como un horno encendido
que el panadero deja de avivar
desde que hace la masa hasta que fermenta.
5 En la fiesta de nuestro rey,
los jefes se tambalean al calor del vino.
¡Y el rey extiende su mano a los burlones!
6 Dedican su corazón a la intriga,
como si prepararan un horno;
durante toda la noche su ira dormita,
pero tan pronto amanece, quema cual llama de fuego.
7 Sí, todos ellos queman como un horno
y devoran a sus propios gobernantes.
Todos sus reyes han caído,
pero no hay entre ellos uno solo que me invoque.
El pueblo se apartó de su Dios
8 »Efraín se ha mezclado con otros pueblos.
Efraín ha sido como una torta
cocida solamente por un lado.
9 Los extranjeros han consumido sus fuerzas,
y él ni siquiera se dio cuenta.
¡Hasta el pelo se le puso blanco,
y él aún no se ha enterado!
10 El orgullo de Israel habla contra él mismo;
pero ellos no se volvieron al Señor su Dios,
y a pesar de todo, no lo buscaron.
11 Efraín ha sido como una paloma
ingenua, sin inteligencia:
buscan ayuda en Egipto,
recurren a Asiria.
12 A dondequiera que vayan,
yo echaré mi red sobre ellos;
los bajaré del cielo, como a las aves,
y los apresaré por su maldad.
13 »¡Ay de quienes se han apartado de mí!
La destrucción los alcanzará,
porque se han rebelado contra mí.
Yo quería salvarlos,
pero ellos hablaban mentiras en contra de mí.
14 Aunque claman a mí cuando están en sus camas,
no me invocan de corazón.
Para pedir trigo y vino se hacen heridas;
¡pues se han rebelado contra mí!
15 Yo los había instruido
y había fortalecido sus brazos,
pero ellos planearon hacerme daño.
16 Apuntan a la nada,
son como un arco defectuoso.
Sus dirigentes caerán a filo de espada
por la insolencia de su lengua,
y en Egipto se burlarán de ellos.