El poder de Dios
1 Moisés continuó diciendo:
«Muestren amor por su Dios y obedezcan sus mandamientos. 2-4 Aprendan hoy la lección que Dios les ha dado al disciplinarlos, lección que aún no han recibido sus hijos. Acuérdense de que en Egipto Dios demostró su gran poder y realizó grandes milagros, cuando envió terribles castigos contra el rey y su país. Los egipcios los perseguían a ustedes por en medio del Mar de los Juncos, pero Dios cerró las aguas y los destruyó por completo: ¡los hundió en el mar con todos sus caballos y carros de guerra!
5 »Acuérdense, además, de cuánto los ayudó en su travesía por el desierto, hasta traerlos aquí. 6 ¡Y cómo olvidar lo que Dios hizo con Datán y Abiram, cuando no quisieron que Dios me nombrara jefe de Israel! Ellos eran hijos de Eliab y descendientes de Rubén, pero por causa de su rebeldía Dios hizo que la tierra se los tragara, ¡y la tierra se los tragó, junto con sus familias y pertenencias! De esto, todos ustedes fueron testigos. 7 Con sus propios ojos, ustedes han podido ver el gran poder de Dios.
Las bendiciones prometidas
8 »Obedezcan todos los mandamientos que hoy les he dado. Así tendrán poder para conquistar el territorio al que van a entrar. 9 Si lo hacen, vivirán largos años en ese territorio que Dios les ha prometido. ¡Es tan fértil que siempre hay abundancia de alimentos! 10 En Egipto ustedes tenían que trabajar mucho para sembrar la semilla y regar la tierra. 11 Pero en el territorio que van a ocupar la lluvia riega los campos, los montes y los valles. 12 ¡Dios mismo se encarga de cuidarlo todos los días del año!
13 »Por lo tanto, si obedecen los mandamientos que hoy les he dado, y aman y adoran a Dios con todo lo que piensan y con todo su ser, 14-15 Dios les enviará sin falta la lluvia de otoño y de primavera. Así cosecharán ustedes su propio trigo, y no les faltarán el vino ni el aceite; tendrán abundancia de alimentos, y a su ganado no le faltarán pastos.
16 »Pero no se dejen engañar. Si adoran a otros dioses, y desprecian a nuestro Dios, 17 él se enojará y no les enviará lluvia. Entonces no tendrán cosechas, y pronto morirán de hambre en esa buena tierra que Dios les va a dar.
18-20 »Apréndanse de memoria estas enseñanzas, y mediten en ellas; escríbanlas de tal modo que puedan atarlas a sus brazos o colgarlas sobre su frente, para que en todo momento puedan recordarlas. Escríbanlas también en las puertas de su casa y en los portones de sus ciudades. Enséñenselas a sus hijos en todo momento y lugar, 21 y así ustedes y ellos vivirán largos años en esta tierra que Dios les ha prometido. ¡Vivirán allí mientras el cielo exista!
22 »Si obedecen siempre los mandamientos que hoy les doy, y si aman a su Dios y le son fieles, 23-24 Dios expulsará de ese territorio a los pueblos que ahora viven allí. Ustedes derrotarán a naciones grandes y poderosas. De norte a sur, y de este a oeste, nadie podrá quitarles el territorio que conquisten. 25 Nunca nadie podrá derrotarlos, porque su Dios hará que todas las naciones tiemblen de miedo ante ustedes. Dios así lo ha prometido.
26 »Hoy mismo deben elegir si quieren que les vaya bien, o si quieren que les vaya mal. 27 Si obedecen los mandamientos que hoy les da su Dios, les irá bien; 28 pero si los desobedecen y, por adorar a otros dioses, dejan de hacer todo lo que hoy les he enseñado, les irá mal.
29 »Cuando Dios ya les haya permitido conquistar la tierra, deberán ir al monte Guerizim para pronunciar allí las bendiciones que recibirán, si son obedientes. Luego irán al monte Ebal, y allí pronunciarán las maldiciones que recibirán, si son desobedientes. 30 Estos dos montes están al oeste del río Jordán, frente a Guilgal y junto a los árboles de Moré, en el valle donde habitan los cananeos.
31 »Ustedes ya están por conquistar el territorio al otro lado del río Jordán, pues Dios se lo va a entregar. Cuando ya lo hayan ocupado, 32 deberán obedecer todas las leyes que hoy les he dado».
La grandeza del Señor
1 Moisés continuó su discurso:
«Amen ustedes al Señor su Dios, y obedezcan sus reglamentos, ordenanzas y mandamientos. 2 Recuerden que la lección de disciplina fue para ustedes y no para sus hijos. Ellos tampoco fueron testigos de la grandeza de Dios ni del despliegue de poder, 3 ni de las grandes maravillas que hizo en Egipto contra el faraón y todo su país. 4 Cuando el ejército egipcio los perseguía a ustedes, el Señor los arrolló con las aguas del mar Rojo y los hundió con sus caballos y carros de guerra. ¡El Señor los destruyó para siempre! 5 Acuérdense también de todo lo que hizo por ustedes en el desierto, hasta que llegaron aquí; 6 y lo que hizo con Datán y Abirán, los hijos de Eliab y descendientes de Rubén, y cómo la tierra se abrió y se los tragó junto con sus familias y tiendas de campaña, y con todo cuanto tenían, a la vista de todo Israel. 7 Ustedes mismos son testigos de las grandes cosas que ha hecho el Señor.
Bendiciones de la Tierra prometida
8 »Cumplan todos los mandamientos que hoy les he dado, para que se hagan fuertes y tomen posesión del país que van a conquistar, 9 y para que vivan muchos años en esta tierra que el Señor prometió dar a los antepasados de ustedes y a sus descendientes; tierra donde la leche y la miel corren como el agua. 10 La tierra que van a conquistar no es como Egipto, de donde ustedes salieron; allí sembraban ustedes la semilla y regaban con los pies, como se hace en las huertas, 11 pero el país del que van a tomar posesión es un país de montes y valles, regado por la lluvia del cielo. 12 Es una tierra que el Señor mismo cuida; en ella tiene puestos los ojos todo el año.
13 »Si ustedes cumplen los mandamientos que les he dado en este día, y aman al Señor su Dios, y lo adoran con todo su corazón y con toda su alma, 14 él hará que vengan a su tiempo las lluvias de otoño y las de primavera, para que ustedes cosechen su propio trigo y nunca les falte vino ni aceite. 15 Habrá suficiente pasto en el campo para el ganado, y ustedes siempre tendrán comida en abundancia. 16 Pero tengan cuidado de no dejarse engañar; no se aparten del Señor por servir y rendir culto a otros dioses. 17 Si lo hacen, el Señor se enojará contra ustedes y no les enviará lluvia; entonces la tierra no dará sus frutos, y muy pronto ustedes morirán de hambre en esa buena tierra que el Señor pronto les dará.
18 »Apréndanse de memoria estas palabras, y pónganlas en práctica todo el tiempo. Átenlas en sus manos y en su frente para que nunca se olviden de ellas. 19 Instruyan a sus hijos repitiéndoles estas palabras tanto en la casa como en el camino, y cuando se acuesten y cuando se levanten. 20 Escríbanlas en las puertas de su casa y en los portones de su ciudad. 21 Así la vida de ustedes y la de sus hijos se extenderá mientras el cielo exista, pues así lo prometió a sus antepasados.
22 »Obedezcan fielmente todos estos mandamientos que yo les ordeno cumplir, y amen al Señor su Dios todos los días de su vida, 23 y el Señor arrojará de la presencia de ustedes a todas esas naciones, y ustedes conquistarán a pueblos más numerosos y fuertes. 24 Territorio que ustedes pisen, territorio que será de ustedes. Sus fronteras se extenderán desde el desierto hasta el Líbano, y desde el río Éufrates hasta el mar Mediterráneo. 25 Nadie podrá hacerles frente. El Señor su Dios hará cundir el pánico y el terror por dondequiera que ustedes pasen, tal como se lo ha prometido.
26 »En este día les doy a elegir entre bendición y maldición. 27 Bendición, si obedecen los mandamientos del Señor su Dios, que hoy les he ordenado. 28 Maldición, si por seguir a dioses desconocidos, desobedecen los mandamientos del Señor su Dios y se apartan del camino que hoy les he ordenado.
29 »Después de que el Señor su Dios los haya ayudado a conquistar la tierra, realizarán una ceremonia donde anunciarán, desde el monte Guerizín, cómo Dios los bendecirá; y anunciarán, desde el monte Ebal, cómo Dios los castigará. 30 Estos montes están al otro lado del Jordán, en dirección de la ruta occidental, en la tierra de los cananeos que viven en la llanura, frente a Gilgal y junto a las encinas de More. 31 Ustedes están a punto de cruzar el Jordán y de conquistar el país que el Señor su Dios les va a dar. Cuando ya lo hayan conquistado y vivan en él, 32 pongan en práctica todas las reglas y ordenanzas que hoy les he entregado.»