Nínive se arrepiente
1 El Señor habló a Jonás por segunda vez, y le dijo: 2 «Levántate y ve a la gran ciudad de Nínive y anuncia lo que voy a decirte.»
3-4 Jonás se puso en marcha y fue a Nínive, como el Señor se lo había ordenado. Nínive era una ciudad tan grande que había que caminar tres días para recorrerla toda. Jonás entró en la ciudad y caminó todo un día, anunciando en voz alta: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
5 Los habitantes de Nínive, desde el mayor hasta el menor, creyeron en Dios, proclamaron ayuno y se pusieron ropas ásperas en señal de dolor. 6 Cuando la noticia llegó hasta el rey de Nínive, también él se levantó de su trono, se quitó sus vestiduras reales, se puso ropas ásperas y se sentó en el suelo. 7 Luego, el rey y sus ministros dieron a conocer por toda la ciudad el siguiente decreto: «Ninguna persona ni animal, ni bueyes ni ovejas, debe probar alimento alguno, ni beber agua. 8 Tanto personas como animales deben ponerse ropas ásperas en señal de dolor, y clamar a Dios con todas sus fuerzas. Cada uno cambiará su mala conducta y sus acciones violentas; 9 tal vez Dios cambie de parecer y se calme su ira, y así no moriremos.»
10 Y cuando Dios vio lo que ellos hicieron, y cómo cambiaron su mala conducta, también Dios cambió de parecer y ya no les hizo el mal que les había anunciado.
© Dios habla hoy ®, Cuarta edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 2023.