1 Moisés siguió hablando:
«Si alguno de ustedes ve perdido el buey o la oveja de un compatriota, debe llevarlo a su dueño. 2 Pero si el dueño del animal vive lejos o no se sabe quién es, entonces debe llevar el animal a su casa y cuidarlo hasta que el dueño lo reclame; entonces deberá devolverlo. 3 Lo mismo se debe hacer con el burro, la ropa o cualquier otra cosa que alguien pierda y que otro encuentre. Nadie debe negar su ayuda.
4 »Si alguno de ustedes ve caído en el camino un buey o un burro ajeno, es su deber ayudarlo a levantarse y no seguir de largo.
5 »La mujer no debe usar ropa de hombre, ni el hombre debe usar ropa de mujer, porque al Señor le repugna todo aquel que hace estas cosas.
6 »Si alguien encuentra en su camino algún nido en un árbol o en el suelo, con polluelos o huevos bajo las alas de su madre, no debe quedarse con la madre y con los polluelos, 7 sino que debe soltar a la madre y quedarse solo con los polluelos. Así Dios lo bendecirá con una larga vida.
8 »Cuando alguno de ustedes construya una casa nueva, deberá poner un pequeño muro alrededor de la azotea; así evitará que alguien se caiga y que su familia resulte culpable de esa muerte.
9 »En su viñedo deberán plantar solo una clase de semilla; porque si plantan más de una, tendrán que llevar toda la cosecha al templo, incluyendo la de las plantas de uvas.
10 »No aren su campo con yuntas combinadas de buey y asno.
11 »No usen ropa tejida con una mezcla de lana y lino.
12 »Pongan borlas con flecos en las cuatro puntas del manto con que se cubren.
Leyes sobre la castidad
13 »Si un hombre toma a una mujer por esposa, y después de tener relaciones sexuales con ella, le pierde cariño 14 y alega: “Yo me casé con esta mujer, pero en nuestras relaciones me encontré con que ya no era virgen”, 15 los padres de la joven tomarán la prueba de su virginidad y la presentarán al tribunal de los consejeros de la ciudad, 16 y el padre de la joven les dirá: “Yo di mi hija por esposa a este hombre, pero ahora él ha dejado de quererla 17 y alega que mi hija ya no era virgen. Sin embargo, aquí está la prueba de que sí lo era.” Y diciendo esto, extenderá la sábana delante de los consejeros. 18 Entonces ellos apresarán al hombre y lo castigarán, 19 condenándolo a pagar una multa de cien monedas de plata. Esa es la cantidad de dinero que deberá entregar al padre, por crearle mala fama a una muchacha virgen de Israel. Además, ella seguirá siendo su mujer y no podrá divorciarse de ella en toda su vida.
20 »Pero si resulta cierto que la joven ya no era virgen, 21 la sacarán a las puertas de la casa de su padre y los hombres de la ciudad la matarán a pedradas, por cometer una maldad tan grande en Israel y deshonrar la casa misma de su padre. Así acabarán con el mal que haya en medio de ustedes.
22 »Si un hombre es sorprendido acostado con una mujer casada, los dos serán condenados a muerte. Así acabarán ustedes con el mal que haya en Israel.
23 »Si una muchacha virgen es prometida de un hombre, y otro hombre la encuentra en la ciudad y se acuesta con ella, 24 serán llevados los dos ante el tribunal de la ciudad, donde serán condenados a morir apedreados: la joven, por no pedir socorro estando en plena ciudad, y el hombre por deshonrar a la mujer de su prójimo. Así acabarán con el mal que haya en medio de ustedes.
25 »Pero si un hombre encuentra en el campo a la prometida de otro hombre y la obliga a acostarse con él, entonces se dará muerte solo al hombre que se acostó con ella. 26 A la joven no se le hará nada, porque no ha cometido ningún delito que merezca la muerte; se trata de un caso semejante al del hombre que ataca a otro hombre y lo mata; 27 porque él encontró a la joven sola en el campo y, aunque ella hubiera gritado, nadie habría podido socorrerla.
28 »Si un hombre encuentra a una muchacha virgen y sin compromiso de matrimonio, y la obliga a acostarse con él, y son descubiertos, 29 entonces el hombre tendrá que entregar al padre de la joven cincuenta monedas de plata; y, como la ha deshonrado, tendrá que tomarla por mujer y no podrá divorciarse de ella en toda su vida.»
30 30 (23.1) Moisés continuó con su exhortación:
«Nadie debe tener relaciones sexuales con la mujer de su padre, pues con ello lo deshonra.