Acción simbólica sobre la infidelidad de Israel
1 El Señor me dijo:
«Ve y cómprate un cinturón de lino y póntelo en la cintura, pero no lo remojes.»
2 Tal y como el Señor me lo ordenó, yo compré el cinturón y me lo puse en la cintura. 3 Entonces el Señor me habló de nuevo y me dijo:
4 «Toma el cinturón que compraste y que ahora llevas puesto, y vete al río Éufrates y escóndelo allí, en la grieta de una roca.»
5 Fui entonces al río Éufrates y lo escondí, tal y como el Señor me lo había ordenado. 6 Mucho tiempo después, el Señor me dijo:
«Ve al río Éufrates y trae el cinturón que te ordené que escondieras allá.»
7 Yo fui al río Éufrates, busqué en la tierra, y saqué el cinturón del sitio en que lo había escondido, pero ya estaba podrido y no servía para nada.
8 Entonces el Señor se dirigió a mí una vez más, 9 y me dijo:
«De esta misma manera destruiré el orgullo de Judá y de Jerusalén. 10 Este pueblo malvado se niega a obedecer mis órdenes, y sigue tercamente las inclinaciones de su corazón. Se ha ido tras otros dioses, para servirlos y adorarlos, y ahora es como ese cinturón, que no sirve para nada. 11 Así como uno se aprieta el cinturón alrededor de la cintura, así tuve a todo Israel y a todo Judá muy unidos a mí, para que fueran mi pueblo y dieran a conocer mi nombre, y fueran mi honor y mi gloria. Pero no me obedecieron. Yo, el Señor, lo afirmo.
Otra acción simbólica sobre el futuro castigo
12 »Diles también: “El Señor, el Dios de Israel, dice: Cualquier vasija puede llenarse de vino.” Los israelitas te van a contestar: “¿Acaso no sabemos de sobra que cualquier vasija puede llenarse de vino?” 13 Y tú les responderás: “El Señor dice: Voy a emborrachar a todos los que viven en este país; a los reyes que se sientan en el trono de David, a los sacerdotes, a los profetas y a todos los que viven en Jerusalén. 14 Luego los haré pedazos, como a vasijas; unos contra otros, padres e hijos por igual. No les tendré compasión; los destruiré sin misericordia y sin piedad. Yo, el Señor, lo afirmo.”»
Advertencia a Israel
15 ¡Escuchen por favor, israelitas; el Señor ha hablado!
No sean orgullosos, escúchenlo con atención.
16 Honren al Señor su Dios,
antes de que él haga llegar la oscuridad
y ustedes tropiecen en montes tenebrosos;
antes de que él convierta en tinieblas
y en pesada sombra
la luz que ustedes esperan.
17 Y si no me hacen caso,
lloraré en secreto el orgullo de ustedes;
de mis ojos correrán muchas lágrimas,
porque se llevan cautivo al rebaño del Señor.
Mensaje de Dios para el rey
18 El Señor me dijo:
«Diles al rey y a la reina madre:
“Bajen del trono, siéntense en el suelo,
pues de su cabeza ha caído
la corona que los adornaba.”
19 Las ciudades del Néguev están sitiadas;
nadie puede pasar.
Todos los de Judá fueron llevados cautivos,
a un destierro total.
20 Alcen la vista, hacia el norte,
y miren de dónde viene el enemigo.
¿Dónde está el rebaño que yo te había confiado,
ese rebaño que era tu orgullo?
Anuncio del destierro de Israel
21 »¿Y qué vas a decir, Jerusalén,
cuando tengas que ser gobernada
por gente que tú misma instruiste?
Te vendrán dolores, como a mujer de parto.
22 Y si preguntas por qué te pasa esto,
debes saber que es por tus graves pecados;
¡por eso te han desnudado
y han abusado de ti!
23 ¿Puede alguien cambiar el color de su piel?
¿Puede un leopardo quitarse sus manchas?
Pues tampoco ustedes, acostumbrados al mal,
pueden hacer lo bueno.
24 Por eso a ustedes voy a dispersarlos
como a hojarasca arrastrada por el viento del desierto.
25 Ese es tu destino, Israel,
eso mereces que yo te haga.
Yo, el Señor, lo afirmo.
Pues te olvidaste de mí
y pusiste tu confianza en falsos dioses.
26 Yo también voy a desnudarte del todo,
y te expondré a la vergüenza.
27 He visto tu lujuria, tus adulterios,
tu vergonzosa conducta de prostituta,
tus repugnantes acciones
en las colinas y en los campos.
¡Ay de ti, Jerusalén!
¿Cuándo dejarás tu impureza?»
© Dios habla hoy ®, Cuarta edición © Sociedades Bíblicas Unidas, 2023.