1 En aquel día quedarán tan pocos hombres
que siete mujeres pelearán por uno de ellos,
y le propondrán:
«Nosotras nos mantendremos por nuestra cuenta
y nos vestiremos con nuestros propios medios,
pero déjanos llevar tu nombre,
líbranos de nuestra vergüenza.»
Promesa de felicidad para el futuro
2 En aquel día,
el retoño que el Señor hará brotar
será el adorno y la gloria
de quienes aún queden con vida en Israel;
las cosechas que produzca la tierra
serán su orgullo y su honor.
3 A los que aún queden con vida en Sión,
a los que sobrevivan en Jerusalén
y reciban el privilegio de vivir allí,
se los llamará «consagrados al Señor».
4 Cuando el Señor dicte su sentencia
y ejecute su castigo,
limpiará a Jerusalén de la sangre de sus crímenes;
lavará las manchas de los habitantes de Sión.
5 Sobre el monte Sión en toda su extensión,
y sobre el pueblo allí reunido,
el Señor creará durante el día una nube oscura,
y un resplandor y llamas de fuego durante la noche.
La gloria del Señor estará por encima de todos
6 para protegerlos y defenderlos;
será su sombra contra el calor del día;
su protección contra la lluvia y la tormenta.