El año del perdón de deudas
1 Moisés siguió diciendo:
«Cada siete años perdonarás las deudas que otros tengan contigo.
2 »Este perdón consistirá en lo siguiente: Toda persona que haya prestado algo a su prójimo le perdonará lo que le haya prestado; y no deberá exigir a su prójimo o a su compatriota que le pague, porque Dios ha ordenado que ese séptimo año sea proclamado como un tiempo de perdón de deudas en honor del Señor. 3 Al extranjero le podrás exigir que te pague el préstamo que le hiciste, pero a tu compatriota deberás perdonarle lo que haya recibido de ti. 4 De esta manera no habrá pobres entre ustedes, pues el Señor tu Dios te bendecirá en el país que él te va a dar como herencia. 5 Si obedeces al Señor y pones en práctica todos estos mandamientos que hoy te doy, esa bendición será para ti. 6 En efecto, el Señor tu Dios te bendecirá, tal como te lo ha prometido, y serás capaz de prestar dinero a muchas naciones, pero tú no tendrás que pedir prestado; dominarás a muchas naciones, pero ellas no te dominarán a ti.
7 »Si hay algún pobre en tus aldeas y en alguna de las ciudades del país que el Señor tu Dios te da, no seas egoísta ni inhumano con esa persona; 8 al contrario, sé generoso con ella y préstale lo que necesite. 9 No se te ocurra tener malos pensamientos y cavilar: “Ya está cerca el año séptimo, el año en que se perdonan las deudas”, y decidas no dar ningún préstamo ese año a nadie necesitado. Esa persona pobre podrá acusarte ante el Señor, y serás culpable de cometer un pecado. 10 Siempre debes ayudar a tu vecino pobre, sin que te pese; por esta acción, el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas y emprendas. 11 Siempre habrá necesitados en la tierra, y por eso te ordeno que seas generoso con aquellas personas que sufran pobreza y miseria en tu país.
Leyes sobre los esclavos
(Ex 21.1-11)12 »Si alguno de tus compatriotas hebreos, sea hombre o mujer, se vende a ti como esclavo, te servirá solo seis años; al séptimo año lo dejarás en libertad. 13 Y cuando lo despidas, no lo dejarás ir con las manos vacías, 14 sino que le darás animales de tu rebaño y mucho trigo y vino; es decir, compartirás con él los bienes que el Señor tu Dios te haya dado. 15 No olvides que también tú fuiste esclavo en Egipto, y que el Señor tu Dios te dio libertad. Por eso ahora te doy esa orden.
16 »Pero si tu esclavo dice que no quiere dejarte porque siente cariño por ti y por tu familia, y porque lo tratas bien, 17 entonces tomarás un punzón y, arrimándolo a la puerta de tu casa, le perforarás la oreja; de esta manera será esclavo tuyo para siempre. Lo mismo harás si se trata de tu esclava. 18 No consideres como una pérdida dejar en libertad a tus esclavos. Considera que te han servido por la mitad de lo que le habrías pagado a un jornalero; además, el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.
Consagración de los primeros animales machos
19 »Deberás consagrar al señor tu Dios todo primer macho que nazca de tus vacas o de tus ovejas.
»No hagas trabajar al primer ternerito de tus vacas, ni esquiles al primer corderito de tus ovejas. 20 Cada año los comerás junto con tu familia y delante del Señor tu Dios, en el lugar que él haya escogido. 21 Pero si tiene algún defecto, o es cojo o ciego, o tiene cualquier otra falta, no lo presentarás en sacrificio al Señor. 22 Lo comerás en la ciudad donde vivas, y todos podrán comer de él, estén o no estén ritualmente puros, como cuando se come la carne de gacela o de ciervo. 23 Pero no debes comer su sangre, sino derramarla en la tierra como agua.»
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