Anuncio de salvación a Israel
1 El espíritu del Señor está sobre mí,
porque el Señor me ha consagrado;
me ha enviado a dar buenas noticias a los pobres,
a aliviar a los afligidos,
a anunciar libertad a los presos,
libertad a los que están en la cárcel;
2 a anunciar el año favorable del Señor,
el día en que nuestro Dios
nos vengará de nuestros enemigos.
Me ha enviado a consolar a todos los tristes,
3 a dar a los afligidos de Sión
una corona en lugar de ceniza,
perfume de alegría en vez de llanto,
cantos de alabanza, no de desesperación.
Los llamarán «árboles de justicia»,
plantados por el Señor para mostrar su gloria.

4 Se reconstruirán las viejas ruinas,
se levantarán los edificios hace mucho destruidos,
y se repararán las ciudades ahora en escombros.
5 Los extranjeros se pondrán a cuidar
los rebaños, los campos y los viñedos de ustedes.
6 Y a ustedes los llamarán sacerdotes del Señor,
siervos de nuestro Dios.
Disfrutarán de la riqueza de otras naciones
y se adornarán con el esplendor de ellas.
7 Y como mi pueblo ha tenido que sufrir
doble porción de deshonra e insultos,
por eso recibirá en su país
doble porción de riquezas
y gozará de eterna alegría.

8 Porque el Señor ama la justicia,
y odia el robo y el crimen.
Él les dará fielmente su recompensa
y hará con ellos un pacto eterno.
9 Sus descendientes serán famosos entre las naciones;
todos los que los vean reconocerán
que son un pueblo que el Señor ha bendecido.

10 ¡Me alegro mucho en el Señor!
Me lleno de gozo en mi Dios,
porque me ha brindado su salvación,
¡me ha cubierto de justicia y victoria!
Soy como un novio que se pone su corona
o una novia que se adorna con sus joyas.
11 Porque así como nacen las plantas de la tierra
y brotan los retoños en un jardín,
así hará el Señor que brote la victoria de su justicia,
y que todas las naciones entonen cantos de alabanza.
Anuncio de la salvación a Israel
1 El fiel servidor de Dios dijo:

«El espíritu de Dios está sobre mí,
porque Dios me eligió y me envió
para dar buenas noticias a los pobres,
para consolar a los afligidos,
y para anunciarles a los prisioneros
que pronto van a quedar en libertad.

2 »Dios también me envió para anunciar:
“Este es el tiempo que Dios eligió
para darnos salvación,
y para vengarse de nuestros enemigos”.

»Dios también me envió
para consolar a los tristes,
3 para cambiar su derrota en victoria,
y su tristeza en un canto de alabanza.

»Entonces los llamarán:
“Robles victoriosos,
plantados por Dios
para manifestar su poder”.

4 »Ustedes, habitantes de Jerusalén,
reconstruirán las ciudades antiguas
que quedaron en ruinas.
5 Gente de otras naciones
vendrá a cuidar los rebaños,
los campos y las viñas de ustedes.

6 »Ustedes serán llamados
Sacerdotes de Dios”,
“Fieles servidores de Dios”.
Disfrutarán de las riquezas de las naciones
y se adornarán con sus magníficas joyas.
7 Porque ustedes han tenido que sufrir
el doble de lo que se merecían,
y los han llenado de vergüenza y de insultos.
Por eso recibirán doble porción de riquezas
y para siempre vivirán felices».

8 Dios dijo:

«Yo, el único Dios, amo la justicia,
pero odio el robo y el crimen.
Por eso les daré una gran recompensa
y haré con ustedes un pacto
que nunca tendrá fin.
9 Sus descendientes serán famosos
entre todas las naciones;
cuando la gente los vea, dirá:
“Son un pueblo bendecido por Dios”».
La alegría de los que habitan en Jerusalén
10 Isaías dijo:

«¡Mi Dios me llena de alegría;
su presencia me llena de gozo!
Él me dio salvación
y me trató con justicia.

11 »Así como de la tierra
brotan las semillas,
y en el jardín nacen las plantas,
así Dios hará brotar
la justicia y la alabanza
entre todas las naciones».