No solo de pan se vive
1 Moisés continuó hablándole al pueblo:
«¿Quieren vivir en la tierra que el Señor les prometió a sus antepasados? ¿Quieren conquistar este país y llegar a ser un pueblo numeroso? Si así es, pongan en práctica los mandamientos que yo les he ordenado hoy.
2 »Recuerden cómo el Señor su Dios los guio por el desierto durante cuarenta años, para que aprendieran a ser humildes y a depender de él. Quería saber si ustedes cumplirían o no sus mandamientos. 3 Y aunque los hizo sufrir y pasar hambre, después los alimentó con maná, comida que ni ustedes ni sus antepasados habían conocido, para hacerles saber que no solo de pan vive la gente, sino de todo lo que sale de los labios del Señor.
4 »Durante esos cuarenta años no se les dañó la ropa, ni se les hincharon los pies. 5 Dense cuenta de que el Señor su Dios los ha disciplinado del mismo modo que un padre corrige a su hijo. 6 Cumplan, pues, los mandamientos del Señor su Dios, adórenlo y obedezcan sus enseñanzas. 7 Porque el Señor los va a llevar a una buena tierra, a un país lleno de arroyos, fuentes y manantiales que brotan en los valles y en los montes; 8 es una tierra donde hay trigo, cebada, viñedos, higueras, granados, olivos, y también aceite y mucha miel. 9 En ese país no tendrán ustedes que preocuparse por la falta de alimentos, ni por ninguna otra cosa; en sus piedras encontrarán hierro, y de sus montes sacarán cobre. 10 Pero después de que hayan comido y se sientan satisfechos, deben alabar al Señor su Dios por la buena tierra que les ha dado.
No se olviden de Dios
11 »Recuerden esto: No se olviden del Señor su Dios. ¡Cumplan sus mandamientos, reglas y ordenanzas que les entrego hoy! 12 Cuando hayan comido y estén satisfechos, y construyan excelentes casas donde vivir, 13 y vean que sus vacas y ovejas han aumentado, lo mismo que su oro y su plata y todas sus propiedades, 14 no se llenen de orgullo ni se olviden del Señor su Dios, que los sacó de Egipto, donde eran esclavos; 15 que los guio por el vasto e imponente desierto, lleno de serpientes venenosas y escorpiones, y donde no había agua. Pero él sacó agua de una dura roca y les dio de beber, 16 y en el desierto los alimentó con maná, comida que sus antepasados no habían conocido. Todo eso lo hizo el Señor para humillarlos a ustedes, para ponerlos a prueba y, al fin de cuentas, ¡para su propio bien!
17 »No se les ocurra pensar que toda esa riqueza la obtuvieron por su propio esfuerzo 18 Deben acordarse del Señor su Dios: Es él quien les dio las fuerzas para adquirirla, cumpliendo así con ustedes la alianza que hizo con sus antepasados.
19 »Les aseguro que si ustedes se olvidan del Señor su Dios, y adoran y sirven a otros dioses, serán destruidos por completo. 20 Si persisten en desobedecer al Señor su Dios, él los destruirá, así como lo hará con las naciones que ustedes encuentren a su paso.»
La buena tierra que han de poseer
1 Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. 2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. 3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no solo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. 4 Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. 5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga. 6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. 7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; 8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; 9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. 10 Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Amonestación de no olvidar a Dios
11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; 12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, 13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; 14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; 15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; 16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; 17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. 19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. 20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.