SALMO 91 (90)
El Señor es nuestro refugio
1 El que vive bajo la sombra protectora
del Altísimo y Todopoderoso
2 dice al Señor: «Tú eres mi refugio,
mi castillo, ¡mi Dios, en quien confío!»

3 Solo él puede librarte
de trampas ocultas y de plagas mortales,
4 pues te cubrirá con sus alas,
y bajo ellas estarás seguro.
¡Su fidelidad te protegerá como un escudo!
5 No tengas miedo de los peligros nocturnos,
ni de las flechas lanzadas de día,
6 ni de las plagas que llegan con la oscuridad,
ni de las que destruyen a plena luz del día,
7 pues mil caerán muertos a tu izquierda
y diez mil a tu derecha,
pero a ti nada te pasará.
8 Sólo tienes que abrir los ojos
y verás que los malvados recibirán su merecido.

9 Ya que has hecho del Señor tu refugio,
del Altísimo tu lugar de protección,
10 no te sobrevendrá ningún mal
ni la enfermedad llegará a tu casa;
11 pues él mandará que sus ángeles
te cuiden por dondequiera que vayas.
12 Te levantarán con sus manos
para que no tropieces con piedra alguna.
13 Podrás andar entre leones,
entre monstruos y serpientes.

14 «Yo lo pondré a salvo,
fuera del alcance de todos,
porque él me ama y me conoce.
15 Cuando me llame, le contestaré;
¡yo mismo estaré con él!
Lo libraré de la angustia
y lo colmaré de honores;
16 lo haré disfrutar de una larga vida:
¡lo haré gozar de mi salvación!»
A la sombra del Omnipotente
1 El que habita al abrigo del Altísimo
y se acoge a la sombra del Omnipotente,
2 dice al Señor: «Tú eres mi esperanza, mi Dios,
¡el castillo en el que pongo mi confianza!»

3 El Señor te librará de las trampas del cazador;
te librará de la peste destructora.
4 El Señor te cubrirá con sus plumas,
y vivirás seguro debajo de sus alas.
¡Su verdad es un escudo protector!

5 No tendrás temor de los terrores nocturnos,
ni de las flechas lanzadas de día;
6 no temerás a la peste que ronda en la oscuridad,
ni a la mortandad que destruye a pleno sol.
7 A tu izquierda caerán mil,
y a tu derecha caerán diez mil,
pero a ti no te alcanzará la mortandad.
8 ¡Tú lo verás con tus propios ojos!
¡Tú verás a los impíos recibir su merecido!

9 Por haber puesto al Señor por tu esperanza,
por poner al Altísimo como tu protector,
10 no te sobrevendrá ningún mal,
ni plaga alguna tocará tu casa.

11 El Señor mandará sus ángeles a ti,
para que te cuiden en todos tus caminos.
12 Ellos te llevarán en sus brazos,
y no tropezarán tus pies con ninguna piedra.
13 Aplastarás leones y víboras;
¡pondrás tu pie sobre leones y serpientes!

14 «Yo lo pondré a salvo, porque él me ama.
Lo enalteceré, porque él conoce mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé;
estaré con él en medio de la angustia.
Yo lo pondré a salvo y lo glorificaré.
16 Le concederé muchos años de vida,
y le daré a conocer mi salvación.»