1-2 Tú, que querías entablarme juicio
a mí, al Todopoderoso,
¿insistes todavía en responder?
Job
3-4 ¿Qué puedo responder yo, que soy tan poca cosa?
Prefiero guardar silencio.
5 Ya he hablado una y otra vez,
y no tengo nada que añadir.
Dios vuelve a interpelar a Job
6 Volvió el Señor a hablarle a Job de en medio de la tempestad.
El Señor
7 Muéstrame ahora tu valentía,
y respóndeme a estas preguntas:
8 ¿Pretendes declararme injusto y culpable,
a fin de que tú aparezcas inocente?
9 ¿Acaso eres tan fuerte como yo?
¿Es tu voz de trueno, como la mía?
10 Revístete entonces de grandeza y majestad,
cúbrete de gloria y esplendor.
11 Mira a todos los orgullosos:
da rienda suelta a tu furor y humíllalos.
12 Sí, derríbalos con tu mirada,
aplasta a los malvados en donde se encuentren.
13 Sepúltalos a todos en la tierra,
enciérralos en la prisión de los muertos.
14 Entonces yo mismo reconoceré
que fue tu poder el que te dio la victoria.

15 Fíjate en el monstruo Behemot,
criatura mía igual que tú:
come hierba, como los bueyes;
16 mira qué fuertes son sus lomos,
y qué poderosos sus músculos.
17 Su cola es dura como el cedro,
los tendones de sus patas forman nudos.
18 Sus huesos son como tubos de bronce, como barras de hierro.
19 Es mi obra maestra;
solo yo, su Creador, puedo derrotarlo.
20 De los montes, donde juegan las fieras,
le traen hierba para que coma.
21 Se echa debajo de los lotos,
se esconde entre las cañas del pantano.
22 Los lotos le dan sombra,
los álamos del arroyo lo rodean.
23 Si el río crece, no se asusta;
aunque el agua le llegue al hocico, está tranquilo.
24 ¿Quién es capaz de agarrarlo y sacarle los ojos,
o de pasarle un lazo por la nariz?
El Señor desafía a Job
1 El Señor también le dijo a Job:

2 «¿Te parece sabio discutir con el Todopoderoso?
El que discute con Dios, tiene que responderle.»

3 Y Job le respondió al Señor:

4 «Indigno soy. ¿Qué te puedo responder?
Más me conviene quedarme callado.
5 Una vez he hablado, así que no voy a responder.
Hablé por segunda vez, y no lo volveré a hacer.»
Maravillas de la creación de Dios
6 Entonces el Señor respondió a Job desde el torbellino, y le dijo:

7 «Pórtate como hombre, y prepárate.
Yo te voy a preguntar, y tú me vas a responder.
8 ¿Acaso vas a invalidar mi justicia?
¿O vas a condenarme para justificarte?
9 ¿Tienes acaso el mismo poder que yo?
¿Puede tu voz resonar como la mía?

10 »Revístete de majestad y de gloria;
cúbrete de honra y hermosura.
11 Deja sentir todo el ardor de tu ira;
fija tu mirada en los orgullosos, y humíllalos.
12 Fíjate en los soberbios, y abátelos;
quebranta a los malvados; ¡ponlos en su lugar!
13 Sepúltalos a todos en la tierra;
cúbreles la cara y déjalos en tinieblas.
14 Entonces yo tendré que reconocer
que tu diestra tiene el poder de salvarte.

15 »Mira a Behemot, la bestia de las bestias;
criatura mía, lo mismo que tú.
Se alimenta de hierba, como los bueyes,
16 su fuerza se concentra en sus lomos,
y su vigor se halla en los músculos de su vientre;
17 ¡sacude su cola como un cedro!
Los tendones de sus muslos se entrelazan,
18 y sus huesos parecen barras de bronce;
¡sus patas son tan fuertes como el hierro!

19 »Behemot fue mi primera obra;
yo lo hice, y solo yo puedo matarlo.
20 En los montes crece hierba para él,
y allí retozan las bestias del campo.
21 Behemot se echa entre los juncos;
se echa entre las matas de los esteros.
22 La sombra de los árboles lo resguardan;
los sauces del arroyo lo rodean.
23 Si el río se desborda, él no se espanta;
se queda tranquilo aunque el río Jordán lo cubra.
24 ¿Quién puede atacarlo, estando él despierto?
¿Quién puede acercarse a él y horadarle el hocico?