La gloriosa hermosura de Sión
Cántico. Salmo de los hijos de Coré.
1 ¡Grande es el Señor, nuestro Dios!
¡Digno es de grandes alabanzas
en su ciudad, en su santo monte!
2 Hermosa colina es el monte Sión,
situada al norte de la ciudad del gran Rey;
¡es motivo de gozo en toda la tierra!
3 Dentro de sus fortificaciones
Dios es reconocido como un refugio seguro.
4 Los reyes de la tierra se reunieron
y juntos avanzaron contra la ciudad,
5 pero al verla quedaron perplejos,
y desconcertados, huyeron presurosos.
6 Allí mismo les sobrevino gran temblor;
¡se retorcían de dolor, como parturientas!
7 ¡Y es que tú, con el viento solano,
destrozaste las naves de Tarsis!
8 Lo que antes oímos, ahora lo hemos visto
en la ciudad de nuestro Dios,
en la ciudad del Señor de los ejércitos:
¡Dios afirmará su ciudad para siempre!
9 Dios nuestro, dentro de tu templo
nos acordamos de tu misericordia.
10 Dios nuestro, tu nombre es digno de loor
hasta los confines de la tierra;
con tu diestra prodigas justicia;
11 por tus juicios se alegra el monte Sión
y se regocijan las ciudades de Judá.
12 Recorran los alrededores de Sión;
paseen por ella y cuenten sus torres.
13 Observen con atención sus murallas;
fíjense en sus fortificaciones,
para que puedan decir a los que están por nacer:
14 «¡Este es nuestro Dios, ahora y para siempre!
¡El Dios nuestro nos guiará más allá de la muerte!»
SALMO 48 (47)
Grandeza de Sión, ciudad de Dios
1 (1) Cántico. Salmo de la familia de Coré.
1 1 (2) ¡El Señor es grande!
¡Nuestro Dios es digno de alabanza
en su ciudad y en su santo monte!
2 2 (3) ¡Qué hermosa altura la del monte Sión,
allá, en el extremo norte!
¡Es la alegría de toda la tierra!
¡Es la ciudad del gran Rey!
3 3 (4) Dios está en los palacios de Jerusalén;
Dios se ha revelado como un refugio seguro.
4 4 (5) Pues los reyes se reunieron
y juntos avanzaron contra ella;
5 5 (6) pero al ver la ciudad se sorprendieron,
se inquietaron y huyeron.
6 6 (7) El miedo se adueñó de ellos:
se retorcían de dolor, cual mujer de parto;
7 7 (8) como el viento del este, que destroza los barcos de Tarsis.
8 8 (9) En la ciudad de nuestro Dios,
del Señor todopoderoso,
hemos visto con nuestros ojos
lo mismo que nos habían contado:
¡Dios afirmará a Jerusalén para siempre!
9 9 (10) Oh Dios,
en medio de tu templo
pensamos en tu gran amor.
10 10 (11) Oh Dios,
por toda la tierra eres alabado
como corresponde a tu nombre.
Con tu poder haces plena justicia.
11 11 (12) ¡Que se alegre el monte Sión!
¡Que salten de alegría las ciudades de Judá
por tus justas decisiones!
12 12 (13) Caminen alrededor de Sión
y cuenten las torres que tiene;
13 13 (14) fíjense en su muralla y en sus palacios,
para que puedan contar
a las generaciones futuras
14 14 (15) que así es nuestro Dios
por toda la eternidad.
¡Él es nuestro guía eternamente!