Las palabras de Agur
1 Palabras proféticas de Agur, hijo de Jaqué, dirigidas a Itiel, a Itiel y a Ucal.
2 ¡No hay nadie más ignorante que yo!
¡No hay en mí raciocinio humano!
3 No tengo estudios ni sabiduría;
¡no tengo conocimiento alguno del Dios santo!
4 ¿Quién puede subir al cielo, y bajar de allí?
¿Quién puede retener el viento entre sus puños?
¿Quién puede retener el mar en un paño?
¿Quién estableció los límites de la tierra?
¿Sabes su nombre, y el nombre de su hijo?
5 Las palabras de Dios son todas puras;
Dios es el escudo de quienes en él confían.
6 No añadas a sus palabras, y él no te reprenderá,
y tampoco resultarás un mentiroso.
7 Solamente dos cosas te he pedido;
¡concédemelas antes de que muera!
8 Aparta de mí la vanidad y la mentira,
y no me des pobreza ni riquezas.
Dame solo el pan necesario,
9 no sea que, una vez satisfecho,
te niegue y diga: «¿Y quién es el Señor?»
O que, por ser pobre, llegue yo a robar
y ofenda el nombre de mi Dios.
10 No acuses al siervo ante su amo,
no sea que te maldiga y sufras el castigo.
11 Hay algunos que maldicen a su padre
y no bendicen a su madre.
12 Hay algunos que se creen muy puros,
aunque no se han purificado de su inmundicia.
13 Hay algunos que miran con altanería
y mantienen en alto la mirada.
14 Hay algunos cuyos dientes parecen espadas
y cuyas muelas parecen cuchillos,
¡dispuestos a devorar a los pobres de la tierra,
a la gente menesterosa de este mundo!
15 La sanguijuela tiene dos hijas
que no saben más que pedir.
Tres cosas hay que nunca se sacian,
y aun la cuarta nunca está satisfecha:
16 El sepulcro, la matriz estéril,
la tierra seca, que demanda más agua,
y el fuego, que jamás deja de arder.
17 A quien mira con desprecio a su padre
y tiene en poco la enseñanza de la madre,
¡que los cuervos del valle le saquen los ojos!,
¡que los aguiluchos se lo coman vivo!
18 Hay tres cosas que me son incomprensibles,
y aun la cuarta no la alcanzo a comprender:
19 el rastro del águila en el aire,
el rastro de la serpiente sobre las rocas,
el rastro del barco al surcar el mar,
y el rastro del hombre en la doncella.
20 La mujer adúltera se porta así:
Come, se limpia la boca,
y afirma: «No he hecho nada malo.»
21 Hay tres cosas que sacuden a la tierra,
y una cuarta que no puede tolerar:
22 el siervo que llega a ser rey,
el necio que se harta de pan,
23 la solterona que llega a casarse,
y la criada que suplanta a su ama.
24 Hay cuatro cosas muy pequeñas en la tierra,
pero que son más sabias que los sabios:
25 las hormigas, ejército nada fuerte,
pero que en el verano almacena su comida;
26 los damanes, ejército sin recursos,
pero que ponen su casa en la roca;
27 las langostas, que no tienen rey,
pero que avanzan en perfecta formación;
28 y la araña, que se puede atrapar con la mano,
pero que se halla en el palacio del rey.
29 Tres animales caminan con paso airoso,
y el cuarto se pavonea al andar:
30 el león, el más fuerte de los animales,
al que nada lo hace retroceder;
31 el pavo real, el macho cabrío,
y el rey, a quien nadie resiste.
32 Si en tu necedad has querido enaltecerte,
o has hecho planes malvados, reflexiona:
33 Si bates la leche, obtienes mantequilla;
si te suenas fuerte la nariz, esta te sangra;
y si provocas la ira de alguien, provocas un pleito.
Sexta colección: «dichos de Agur»
1 Dichos de Agur hijo de Jaqué de Massa. Agur habló a Itiel y a Ucal de la siguiente manera:
2 Soy el más ignorante de los hombres;
no hay en mí entendimiento humano.
3 No he adquirido sabiduría,
ni sé nada acerca del Santísimo.
4 ¿Quién ha subido y bajado del cielo?
¿Quién puede contener el viento en su puño?
¿Quién envuelve el mar en su capa?
¿Quién ha establecido los límites de la tierra?
¡No me digas que sabes su nombre,
y hasta el nombre de su hijo!
5 El Señor protege a los que en él confían;
todas sus promesas son dignas de confianza.
6 No añadas nada a lo que él diga;
de lo contrario, te puede reprender
y te hará quedar como mentiroso.
7 Solo dos cosas te he pedido, oh Dios;
concédemelas antes de que muera:
8 aleja de mí la falsedad y la mentira,
y no me hagas rico ni pobre;
dame solo el pan necesario
9 porque, si me sobra, podría renegar de ti
y decir que no te conozco;
y si me falta, podría robar
y así ofender tu divino nombre.
10 No hables mal del esclavo delante de su amo,
pues te puede maldecir y sufrirás las consecuencias.
11 Hay quienes maldicen a su padre
y no bendicen a su madre.
12 Hay quienes se creen muy limpios,
y no se han limpiado de sus impurezas.
13 Hay quienes se creen importantes,
y miran a otros con altanería.
14 Hay quienes tienen espadas en vez de dientes
y puñales en vez de muelas,
para acabar por completo
con la gente pobre del país.
15 Dos hijas tiene la sanguijuela,
que solo saben pedir.
Hay tres cosas, y hasta cuatro,
que nunca se satisfacen:
16 el sepulcro,
la mujer estéril,
la tierra falta de agua
y el fuego insatisfecho.
17 El que mira a su padre con desprecio,
y se burla de su madre anciana
merece que los cuervos le saquen los ojos
y que los buitres lo devoren.
18 Hay tres cosas, y hasta cuatro,
que me asombran y no alcanzo a comprender:
19 el rastro del águila en el cielo,
el rastro de la víbora en las rocas,
el rastro de un barco en alta mar
y el rastro del hombre en la mujer.
20 La mujer infiel hace lo siguiente:
come, se limpia la boca
y afirma que no ha hecho nada malo.
21 Hay tres tipos de gente, y hasta cuatro,
que son insoportables y sacuden a un país:
22 el esclavo que llega a ser rey,
el tonto que tiene comida de sobra,
23 la mujer repudiada que encuentra marido
y la esclava que toma el lugar de su señora.
24 Hay cuatro animalitos en la tierra
que son más sabios que los sabios:
25 las hormigas, gran ejército sin fuerza
que asegura su comida en el verano;
26 los tejones, grupo no muy numeroso
que vive entre las peñas;
27 las langostas, que sin tener rey,
marchan en orden perfecto;
28 las lagartijas, que caben en un puño
pero llegan hasta el palacio del rey.
29 Hay tres valientes, y hasta cuatro,
que tienen un paso airoso:
30 el león, el animal más terrible,
que no huye ante nada ni ante nadie;
31 el gallo orgulloso, el macho cabrío
y el rey que marcha al frente de su ejército.
32 Si tontamente te has dado importancia
y has hecho planes malvados, ponte a pensar
33 que si bates la leche, obtendrás mantequilla,
si te suenas fuerte, te sangrará la nariz,
y si irritas a otro, acabarás por pelearte.