Mensaje de Isaías a Ajaz
1 En los días en que Ajaz hijo de Yotán, hijo de Uzías, reinaba en Judá, sucedió que el rey Resín de Siria y Pecaj hijo de Remalías, que era rey de Israel, se dirigieron a Jerusalén para atacarla, pero no la pudieron tomar.
2 La noticia de que Siria se había aliado con Efraín llegó a la casa de David, y esto hizo que se estremeciera el corazón del rey y de su pueblo, como cuando el viento hace que se estremezcan los árboles del bosque.
3 Entonces el Señor le dijo a Isaías:
«Ve ahora con tu hijo Sear Yasub adonde termina el acueducto del estanque superior, en dirección al Campo del Lavador. Allí te encontrarás con Ajaz,
4 y le dirás: “Ten mucho cuidado, y mucha calma. No tengas miedo ni se sobresalte tu corazón por causa de Resín y de Siria, y del hijo de Remalías.” Ellos arden de ira, pero no son más que el humo de dos tizones apagados.
5 El sirio se ha puesto de acuerdo con Efraín y con el hijo de Remalías, para hacerte daño. Ha dicho:
6 “Vayamos contra Judá para aterrorizarla. Nos la repartiremos, y pondremos por rey al hijo de Tabel.”
7 Pero Dios el Señor dice así: “Eso no tendrá éxito, ni será así.”
8 Ciertamente, la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco es Resín, pero dentro de sesenta y cinco años Efraín será destruido y dejará de ser pueblo.
9 Y la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria es el hijo de Remalías. Si ustedes no creen esto, tampoco permanecerán.»
10 El Señor le habló también a Ajaz, y le dijo:
11 «Pídele al Señor tu Dios una señal. Pídesela de las profundidades de la tierra, o de las alturas de los cielos.»
12 Y Ajaz respondió:
«No pediré nada. No pondré a prueba al Señor.»
13 Dijo entonces Isaías:
«Escuchen bien ustedes, los de la casa de David. ¿Les parece poco el molestar a los hombres, que también quieren molestar a mi Dios?
14 Pues ahora el Señor mismo les dará una señal: La joven concebirá, y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emanuel.
15 Comerá mantequilla y miel hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno.
16 Ciertamente, antes de que el niño sepa desechar lo malo y escoger lo bueno, el país de estos dos reyes a quienes tú temes quedará abandonado.
17 El Señor hará que vengan sobre ti, sobre tu pueblo y sobre la casa de tu padre, días como nunca vinieron desde el día en que Efraín se apartó de Judá para unirse al rey de Asiria.
18 »Cuando llegue ese día, el Señor llamará con un silbido a la mosca que está al final de los ríos de Egipto, y a la abeja que está en la tierra de Asiria;
19 y estas vendrán y acamparán en todos los valles desiertos, y en las grietas de las piedras, y en todos los zarzales y en todas las matas.
20 »Cuando llegue ese día, el Señor traerá al rey de Asiria, que habita al otro lado del río, y ese rey será como una navaja alquilada, con la cual les rapará la cabeza y el pelo de los pies, y hasta la barba.
21 »Cuando llegue ese día, quien críe una vaca y dos ovejas
22 comerá mantequilla, pues será mucha la leche que le darán. Sí, quien quede con vida en el país ciertamente comerá miel y mantequilla.
23 »Cuando llegue ese día, el campo donde había mil vides con valor de mil monedas de plata, será un campo de espinos y cardos.
24 Irán allá con arcos y flechas, porque toda la tierra estará llena de espinos y cardos.
25 Por temor de los espinos y cardos, nadie irá a ninguno de los montes antes cultivados con azada, porque solo servirán como pastizales de bueyes y para que los ganados los pisoteen.»
Primer mensaje de Isaías a Ajaz
1 Resín, que era rey de Siria, y Pecaj hijo de Remalías, que era rey de Israel, atacaron Jerusalén y quisieron conquistarla, pero no pudieron. Esto sucedió cuando Ajaz, que era hijo de Yotán y nieto de Uzías, reinaba en Judá. 2 En esa ocasión llegó esta noticia al palacio real: «Los sirios se han aliado con Efraín.» El rey y el pueblo se pusieron a temblar como cuando el viento sacude los árboles del bosque.
3 Entonces el Señor dijo a Isaías: «Toma a tu hijo Sear Yasub y ve a encontrarte con el rey Ajaz en el extremo del canal del estanque superior, en el camino que lleva al campo del Lavador de Paños, 4 y dile:

“Ten cuidado, pero no te asustes;
no tengas miedo ni te acobardes
ante esos dos tizones humeantes,
Resín con sus sirios, y el hijo de Remalías,
que están ardiendo en furor.
5 En unión con la gente de Efraín y el hijo de Remalías,
los sirios están tramado hacerte mal, y dicen:
6 Invadamos Judá, y metámosle miedo;
apoderémonos de ella
y pongamos por rey al hijo de Tabel.
7 Pero el Señor dice:
¡Eso jamás sucederá!
8-9 Damasco es la capital de Siria,
y Resín es el rey de Damasco;
Samaria es la capital de Efraín,
y el hijo de Remalías es el rey de Samaria;
pero dentro de sesenta y cinco años
Efraín dejará de ser nación.
Y si ustedes no mantienen firme su fe,
tampoco podrán mantenerse firmes.”»
Segundo mensaje: Nacimiento de Emanuel
10 El Señor dijo también a Ajaz: 11 «Pide al Señor tu Dios que haga un milagro que te sirva de señal abajo, en lo más profundo, o arriba, en lo más alto.»
12 Ajaz contestó: «No, no voy a poner a prueba al Señor. No le pediré ninguna señal.»
13 Entonces Isaías dijo:

«Escuchen ustedes, los de la casa real de David.
¿Les parece poco molestar a los hombres,
que quieren también molestar a mi Dios?
14 Pues el Señor mismo va a darles una señal:
La joven está encinta
y va a tener un hijo,
al que pondrá por nombre Emanuel.
15 En los primeros años de vida del niño
se comerá leche cuajada y miel,
16 pero antes de que el niño pueda distinguir
entre lo bueno y lo malo,
el país de los dos reyes que te causan miedo
quedará abandonado.

17 »El Señor hará venir sobre ti,
y sobre tu pueblo y la casa real,
días como no habían venido
desde que Efraín se separó de Judá
y se unió al rey de Asiria.

18 »Cuando llegue el momento,
el Señor hará venir como moscas
a los que viven en los lejanos ríos de Egipto,
y hará venir como abejas
a los que viven en Asiria.
19 Todos ellos vendrán a instalarse
en las cañadas profundas
y en las cuevas de las rocas,
en todos los matorrales espinosos
y en los sitios donde bebe el ganado.
20 Cuando llegue el momento,
el Señor usará al rey de Asiria
como navaja alquilada más allá del río Éufrates,
y les afeitará a los israelitas
la cabeza, la barba y la parte inferior del cuerpo.

21 »Cuando llegue el momento, el que críe una vaca y dos ovejas 22 tendrá tanta leche que podrá comer leche cuajada. Y todos los que se salven de la destrucción en el país podrán comer leche cuajada y miel.
23 »Cuando llegue el momento, lo que antes era un viñedo con mil plantas y valía mil monedas de plata, quedará convertido en un campo de espinos y matorrales. 24 Solo se podrá entrar allí con arco y flechas para cazar, porque todo el país quedará convertido en espinos y matorrales. 25 En las colinas donde antes se cultivaba con azadón, habrá tantos espinos y matorrales que nadie podrá entrar en ellas. Servirán solo como pastizales para los bueyes y las ovejas.»