Pacto de Dios con Noé
1 Dios bendijo a Noé y a sus hijos, y les dijo:
«Reprodúzcanse y multiplíquense: ¡llenen la tierra!
2 El temor y el miedo a ustedes estarán en todo animal de la tierra, en toda ave de los cielos, en todo lo que se mueva sobre la tierra, y en todos los peces del mar. Quedan en las manos de ustedes.
3 Todo lo que se mueve y tiene vida les servirá de alimento, lo mismo las legumbres que las plantas verdes. Yo les he dado todo.
4 Pero la carne con su vida, que es su sangre, no la comerán.
5 Porque ciertamente yo demandaré de la vida de ustedes esa sangre; la demandaré de las manos de todo animal, y de las manos del hombre; demandaré la vida del hombre de manos del hombre, su hermano.
6 La sangre del que derrame sangre humana será derramada por otro hombre, porque el hombre ha sido hecho a imagen de Dios.
7 Pero ustedes, reprodúzcanse y multiplíquense; procreen abundantemente y multiplíquense en la tierra.»
8 Dios habló también a Noé y a sus hijos con él. Les dijo:
9 «Miren, yo establezco mi pacto con ustedes y con sus descendientes que les nazcan después.
10 Y también con todos los seres vivos que están con ustedes: las aves, los animales y todas las bestias de la tierra que están con ustedes, tanto los que salieron del arca como todos los animales de la tierra.
11 Estableceré mi pacto con ustedes, y no volveré a exterminar a ningún ser con aguas de diluvio, ni habrá otro diluvio que destruya la tierra.»
12 Dios también dijo:
«Esta es la señal del pacto que yo establezco con ustedes, y con todo ser vivo que está con ustedes, por los siglos y para siempre:
13 He puesto mi arco en las nubes, el cual servirá como señal de mi pacto con la tierra.
14 Cuando yo haga venir nubes sobre la tierra, entonces mi arco se dejará ver en las nubes
15 y me acordaré de mi pacto, el pacto que he hecho con ustedes y con todo ser vivo, de cualquier especie; no volverá a haber un diluvio de aguas que destruya a todo ser vivo.
16 El arco estará en las nubes, y yo lo veré y me acordaré de mi pacto perpetuo. Es el pacto entre Dios y todo ser vivo, con todos los seres que hay sobre la tierra.»
17 Dios también le dijo a Noé:
«Esta es la señal del pacto que he establecido con todos los seres vivos que habitan sobre la tierra.»
Embriaguez de Noé
18 Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam (que es el padre de Canaán), y Jafet.
19 Estos tres son los hijos de Noé. Con ellos se pobló toda la tierra.
20 Después Noé comenzó a labrar la tierra y plantó una viña,
21 y bebió del vino, y se embriagó, y se quedó desnudo en medio de su tienda.
22 Cuando Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, se lo dijo a sus dos hermanos, que estaban afuera.
23 Entonces Sem y Jafet tomaron ropa, la pusieron sobre sus propios hombros y, caminando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, mientras volvían el rostro para no ver la desnudez de su padre.
24 Al despertar Noé de su embriaguez, se enteró de lo que le había hecho su hijo más joven,
25 y dijo:
«Maldito sea Canaán.
Será siervo de siervos para sus hermanos.»
26 También dijo:
«Que el Señor mi Dios bendiga a Sem,
y que Canaán sea su siervo.
27 »Que engrandezca Dios a Jafet;
que habite en las tiendas de Sem,
y que Canaán sea su siervo.»
28 Después del diluvio Noé vivió trescientos cincuenta años,
29 y todos los días de Noé fueron novecientos cincuenta años. Entonces murió.
La alianza de Dios con Noé
1 Dios bendijo a Noé y a sus hijos, con estas palabras: «Tengan muchos hijos y llenen la tierra. 2 Todos los animales de la tierra temblarán de miedo delante de ustedes. Todos los animales en el aire, en la tierra y en el mar están bajo su dominio. 3 Pueden comer de todos los animales y verduras que quieran. Yo se los doy. 4 Pero una cosa no deben comer, y es la carne con sangre, porque en la sangre está la vida. 5 Yo pediré cuentas a cada ser humano y a cada animal de la sangre de cada uno de ustedes. A cada uno le pediré cuentas de la vida de su prójimo.
6 »Si alguien mata a su semejante,
alguien más lo matará a él,
pues la humanidad ha sido creada
a imagen de Dios.
7 Pero ustedes, ¡tengan muchos hijos
y llenen la tierra con ellos!»
8 Dios también les dijo a Noé y a sus hijos: 9 «Miren, yo voy a establecer mi alianza con ustedes y con sus descendientes, 10 y con todos los animales que están con ustedes y que salieron de la barca, lo mismo las aves y los animales domésticos y salvajes que con todos los animales de la tierra. 11 Mi alianza con ustedes no cambiará: no volveré a destruir a nadie con un diluvio. Ni a ustedes ni a los animales. Ya no volverá a haber otro diluvio que destruya la tierra. 12 Esta es la señal de la alianza que para siempre hago con ustedes y con todos los animales: 13 he puesto mi arco iris en las nubes, y esa será la señal de la alianza que ahora hago con la tierra. 14 Cuando yo haga venir nubes sobre la tierra, mi arco iris aparecerá entre ellas, 15 y entonces me acordaré de la alianza que he hecho con ustedes y con todos los animales, y ya no volverá a haber ningún diluvio que los destruya. 16 Cuando el arco iris esté entre las nubes, yo lo veré y me acordaré de la alianza que he hecho para siempre con todo hombre y con todo animal que hay en la tierra. 17 Esta es la señal de la alianza que yo he establecido con la humanidad toda y con los animales aquí en la tierra.» Así habló Dios con Noé.
Noé y sus hijos
18 Los hijos de Noé que salieron de la barca fueron Sem, Cam y Jafet. De Cam descienden los canaanitas. 19 Estos tres fueron hijos de Noé, y con sus descendientes se volvió a poblar la tierra.
20 Noé comenzó a cultivar la tierra, y plantó una viña. 21 Un día, Noé bebió vino y se emborrachó, y se quedó tirado y desnudo en medio de su tienda de campaña. 22 Cam, o sea el ancestro de los canaanitas, vio la desnudez de su padre y salió a contárselo a sus dos hermanos. 23 Entonces Sem y Jafet se pusieron una capa sobre sus propios hombros. Caminaron hacia atrás y cubrieron a su padre sin ver su desnudez, pues miraban para otro lado.
24 Cuando Noé despertó de su borrachera y supo lo que su hijo menor había hecho con él, 25 dijo:
«¡Maldito sea Canaán!
¡Será el esclavo más bajo
de sus dos hermanos!»
26 Luego añadió:
«¡Bendito sea el Señor, Dios de Sem!
¡Que Canaán se vuelva esclavo de Sem!
27 ¡Que Dios permita a Jafet extenderse
y establecerse en los campamentos de Sem!
¡Que Canaán se vuelva esclavo de Jafet!»
28 Después del diluvio, Noé vivió todavía trescientos cincuenta años más, 29 así que murió cuando tenía novecientos cincuenta años.