Los que volvieron con Zorobabel
(Neh 7.5-73)1 Esta es la lista de la gente que Nabucodonosor había llevado cautiva a Babilonia, y que ahora regresaban a Jerusalén y a Judá, según la ciudad a la que pertenecían:
2 Zorobabel y sus acompañantes fueron Josué, Nehemías, Seraías, Relaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvay, Rejún y Baná.
El número de los israelitas fue el siguiente:
3 Los descendientes de Paros: dos mil ciento setenta y dos.
4 Los descendientes de Sefatías: trescientos setenta y dos.
5 Los descendientes de Araj: setecientos setenta y cinco.
6 Los descendientes de Pajat Moab: dos mil ochocientos doce descendientes de Josué y de Joab.
7 Los descendientes de Elam: mil doscientos cincuenta y cuatro.
8 Los descendientes de Zatu: novecientos cuarenta y cinco.
9 Los descendientes de Zacay: setecientos sesenta.
10 Los descendientes de Bani: seiscientos cuarenta y dos.
11 Los descendientes de Bebay: seiscientos veintitrés.
12 Los descendientes de Azgad: mil doscientos veintidós.
13 Los descendientes de Adonicán: seiscientos sesenta y seis.
14 Los descendientes de Bigvay: dos mil cincuenta y seis.
15 Los descendientes de Adín: cuatrocientos cincuenta y cuatro.
16 Los descendientes de Ater hijo de Ezequías: noventa y ocho.
17 Los descendientes de Besay: trescientos veintitrés.
18 Los descendientes de Jora: ciento doce.
19 Los descendientes de Jasún: doscientos veintitrés.
20 Los descendientes de Gibar: noventa y cinco.
21 Los descendientes de Belén: ciento veintitrés.
22 Los descendientes de Netofa: cincuenta y seis.
23 Los descendientes de Anatot: ciento veintiocho.
24 Los descendientes de Azmavet: cuarenta y dos.
25 Los descendientes de Quiriat Yearín, Cafira y Berot: setecientos cuarenta y tres.
26 Los descendientes de Ramá y Geba: seiscientos veintiuno.
27 Los descendientes de Micmas: ciento veintidós.
28 Los descendientes de Betel y Hai: doscientos veintitrés.
29 Los descendientes de Nebo: cincuenta y dos.
30 Los descendientes de Magbis: ciento cincuenta y seis.
31 Los descendientes del otro Elam: mil doscientos cincuenta y cuatro.
32 Los descendientes de Jarín: trescientos veinte.
33 Los descendientes de Lod, Jadid y Onó: setecientos veinticinco.
34 Los descendientes de Jericó: trescientos cuarenta y cinco.
35 Los descendientes de Sená: tres mil seiscientos treinta.
36 Los sacerdotes descendientes de Jedaías, de la familia de Josué: novecientos setenta y tres.
37 Los descendientes de Imer: mil cincuenta y dos.
38 Los descendientes de Pasjur: mil doscientos cuarenta y siete.
39 Los descendientes de Jarín: mil diecisiete.
40 Los levitas descendientes de Josué y de Cadmiel, de la familia de Hodavías: setenta y cuatro.
41 Los cantores descendientes de Asaf: ciento veintiocho.
42 Los porteros descendientes de Salún, Ater, Talmón, Acub, Jatitá y Sobay: ciento treinta y nueve en total.
43 Los sirvientes del templo eran descendientes de Sijá, Jasufá, Tabaot,
44 Queros, Sigá, Padón,
45 Lebana, Jagabá, Acub,
46 Jagab, Salmay, Janán,
47 Gidel, Gajar, Reaía,
48 Resín, Necoda, Gazán,
49 Uzá, Paseaj, Besay,
50 Asena, Meunín, Nefusim,
51 Bacbuc, Jacufá, Jarjur,
52 Bazlut, Mejidá, Jarsá,
53 Barcos, Sísara, Tema,
54 Nesiaj, Jatifá.
55 Los descendientes de los siervos de Salomón eran descendientes de Sotay, Soferet, Peruda,
56 Jalá, Darcón, Gidel,
57 Sefatías, Jatil, Poquéret Hasebayin y Ami.
58 Todos los sirvientes del templo descendientes de los siervos de Salomón: trescientos noventa y dos.
59 Hubo otros que también fueron a Jerusalén, y provenían de Tel Melaj, Tel Jarsá, Querub, Addán e Imer, pero no pudieron demostrar de qué familia o línea patriarcal eran, ni siquiera si eran israelitas o no,
60 aunque eran descendientes de Delaía, Tobías y Necoda: seiscientos cincuenta y dos.
61 Los descendientes de sacerdotes que tampoco pudieron demostrar si eran israelitas fueron los descendientes de Jabaías, Cos y Barzilay. Este se casó con una de las hijas de Barzilay el galaadita, y tomó su nombre de la familia de ellas.
62 Todos ellos buscaron en vano el registro de sus genealogías y, como no lo hallaron, fueron excluidos del sacerdocio.
63 Por eso el gobernador les prohibió comer de las cosas sagradas hasta que hubiera un sacerdote que pudiera consultar con el Urim y el Tumim.
64 El total de la comunidad era de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas,
65 sin contar a los siervos y las siervas, que sumaban siete mil trescientas treinta y siete personas, entre las cuales había doscientos cantores y cantoras.
66 Además, llevaban setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas,
67 cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.
68 Cuando llegaron al templo del Señor, en Jerusalén, algunos jefes de familia ofrecieron donativos para que se reedificara el templo en el mismo lugar.
69 Conforme a sus posibilidades, entregaron al tesorero de la obra cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata, y cien túnicas para los sacerdotes.
70 Después, los sacerdotes, los levitas, parte del pueblo, los cantores, los porteros y los sirvientes del templo se quedaron a vivir en sus respectivos pueblos y ciudades, y el resto de Israel se fue a su ciudad natal.
Los que regresaron de Babilonia
(Neh 7.5-72)1-2 Esta es la lista de los israelitas nacidos en Judá que fueron desterrados a Babilonia por el rey Nabucodonosor, y que después del destierro volvieron a Jerusalén y a otros lugares de Judá, cada cual a su población, encabezados por Zorobabel, Josué, Nehemías, Seraías, Relaías, Mardoqueo, Bilsán, Mispar, Bigvay, Rejún y Baná:
3 Los descendientes de Paros, dos mil ciento setenta y dos;
4 los de Sefatías, trescientos setenta y dos;
5 los de Araj, setecientos setenta y cinco;
6 los de Pajat Moab, o sea, de Josué y Joab, dos mil ochocientos doce;
7 los de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
8 los de Zatu, novecientos cuarenta y cinco;
9 los de Zacay, setecientos sesenta;
10 los de Bani, seiscientos cuarenta y dos;
11 los de Bebay, seiscientos veintitrés;
12 los de Azgad, mil doscientos veintidós;
13 los de Adonicán, seiscientos sesenta y seis;
14 los de Bigvay, dos mil cincuenta y seis;
15 los de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro;
16 los de Ater, o sea de Ezequías, noventa y ocho;
17 los de Besay, trescientos veintitrés;
18 los de Jora, ciento doce;
19 los de Jasún, doscientos veintitrés;
20 los de Gibar, noventa y cinco;
21 los de Belén, ciento veintitrés.
22 La gente de Netofa, cincuenta y seis;
23 los de Anatot, ciento veintiocho.
24 Los descendientes de Azmavet, cuarenta y dos;
25 los de Quiriat Yearín, Cafira y Berot, setecientos cuarenta y tres;
26 los de Ramá y Geba, seiscientos veintiuno.
27 La gente de Micmas, ciento veintidós;
28 los de Betel y Hai, doscientos veintitrés.
29 Los descendientes de Nebo, cincuenta y dos;
30 los de Magbis, ciento cincuenta y seis;
31 los del otro Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro;
32 los de Jarín, trescientos veinte;
33 los de Lod, Jadid y Onó, setecientos veinticinco;
34 los de Jericó, trescientos cuarenta y cinco;
35 los de Sená, tres mil seiscientos treinta.
36 Los sacerdotes descendientes de Jedaías, de la familia de Josué, novecientos setenta y tres;
37 los descendientes de Imer, mil cincuenta y dos;
38 los de Pasjur, mil doscientos cuarenta y siete;
39 los de Jarín, mil diecisiete.
40 Los levitas descendientes de Josué y de Cadmiel, que a su vez eran descendientes de Hodavías, setenta y cuatro.
41 Los cantores, descendientes de Asaf, ciento veintiocho.
42 Los porteros eran los descendientes de Salún, los de Ater, los de Talmón, los de Acub, los de Jatitá y los de Sobay. En total, ciento treinta y nueve.
43 Los sirvientes del templo eran los descendientes de Sijá, los de Jasufá, los de Tabaot, 44 los de Queros, los de Sigá, los de Padón, 45 los de Lebana, los de Jagabá, los de Acub, 46 los de Jagab, los de Salmay, los de Janán, 47 los de Gidel, los de Gajar, los de Reaía, 48 los de Resín, los de Necoda, los de Gazán, 49 los de Uzá, los de Paseaj, los de Besay, 50 los de Asena, los de Meunín, los de Nefusín, 51 los de Bacbuc, los de Jacufá, los de Jarjur, 52 los de Bazlut, los de Mejidá, los de Jarsá, 53 los de Barcos, los de Sísara, los de Tema, 54 los de Nesiaj y los de Jatifá.
55 Los descendientes de los sirvientes de Salomón eran los descendientes de Sotay, los de Soferet, los de Peruda, 56 los de Jalá, los de Darcón, los de Gidel, 57 los de Sefatías, los de Jatil, los de Poquéret Hasebayin y los de Ami. 58 El total de los sirvientes del templo y de los descendientes de los sirvientes de Salomón era de trescientos noventa y dos.
59 Los que llegaron de Tel Melaj, Tel Jarsá, Querub, Addán e Imer, y que no pudieron demostrar si eran israelitas de raza o por parentesco, fueron los siguientes: 60 los descendientes de Delaía, los de Tobías y los de Necoda, que eran seiscientos cincuenta y dos. 61 Y de los parientes de los sacerdotes: los descendientes de Jobaías, los de Cos y los de Barzilay, el cual se casó con una de las hijas de Barzilay, el de Galaad, y tomó el nombre de ellos. 62 Estos buscaron su nombre en el registro familiar, pero como no lo encontraron allí, fueron excluidos del sacerdocio. 63 Además, el gobernador les ordenó que no comieran de los alimentos consagrados hasta que un sacerdote decidiera la cuestión por medio del Urim y el Tumim.
64 La comunidad se componía de un total de cuarenta y dos mil trescientas sesenta personas, 65 sin contar sus esclavos y esclavas, que eran siete mil trescientas treinta y siete personas. Tenían también doscientos cantores y cantoras. 66 Tenían además setecientos treinta y seis caballos, doscientas cuarenta y cinco mulas, 67 cuatrocientos treinta y cinco camellos y seis mil setecientos veinte asnos.
68 Algunos jefes de familia, al llegar al templo del Señor en Jerusalén, entregaron donativos para reconstruir en su sitio el templo de Dios. 69 Y dieron para el fondo de reconstrucción, conforme a sus posibilidades, cuatrocientos ochenta y ocho kilos de oro, dos mil setecientos cincuenta kilos de plata y cien túnicas sacerdotales.
70 Los sacerdotes, los levitas y algunos del pueblo se quedaron a vivir en Jerusalén, y los cantores, porteros y sirvientes del templo, y los demás israelitas se quedaron en sus propias ciudades.