David proclamado rey de Judá
1 Después de la muerte de Saúl y Jonatán, David fue a consultar al Señor y le preguntó:
«¿Debo ir a alguna de las ciudades de Judá?»
Y el Señor le dijo que sí, pero David volvió a preguntarle:
«¿Y a qué ciudad debo ir?»
Y el Señor le dijo:
«Ve a Hebrón.»
2 David se dio prisa y fue allá, y se llevó consigo a sus dos mujeres, Ajinoán la jezreelita, y Abigaíl, la viuda de Nabal, el de Carmel.
3 También fueron con él los soldados que siempre lo habían acompañado, y junto con sus familias se quedaron a vivir en las ciudades de Hebrón.
4 Fue allí donde los jefes de Judá se reunieron para consagrar a David como rey sobre la tribu de Judá.
Cuando David se enteró de que los habitantes de Jabés de Galaad habían sepultado a Saúl,
5 les envió el siguiente mensaje:
«Que el Señor los bendiga por haber tratado con misericordia a Saúl, su señor, dándole sepultura.
6 Que el Señor los trate con la misma misericordia y lealtad, y yo mismo me comprometo a tratarlos así por lo que han hecho.
7 Y ahora que ha muerto Saúl, su señor, esfuércense y cobren ánimo, pues los de la tribu de Judá han resuelto consagrarme como su rey.»
Guerra entre David y la familia de Saúl
8 Pero Abner hijo de Ner, que había sido general del ejército de Saúl, tomó a Isboset hijo de Saúl, y lo llevó a Majanayin
9 y allí lo nombró rey de Galaad, de Gesuri, de Jezrel, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel.
10 Isboset hijo de Saúl tenía cuarenta años cuando comenzó a reinar sobre Israel, y reinó dos años. Los únicos que siguieron a David fueron los de la tribu de Judá.
11 Y David reinó en Hebrón sobre la tribu de Judá siete años y seis meses.
12 Abner salió de Majanayin hacia Gabaón, al frente de los siervos de Isboset hijo de Saúl.
13 Joab hijo de Seruyá y los siervos de David salieron y se encontraron con los hombres de Abner junto al estanque de Gabaón. Allí se detuvieron, los unos a un lado del estanque, y los otros al otro lado,
14 y Abner le dijo a Joab:
«Que se preparen tus jóvenes y vengan a luchar contra nosotros.»
Joab les ordenó que se prepararan,
15 y ambos grupos se aprestaron para la lucha. Por parte de Isboset eran doce hombres de Benjamín, y por parte de David también doce,
16 y cada uno de ellos agarró a su adversario por la cabeza, le encajó la espada en el costado, y todos cayeron muertos al mismo tiempo. Por eso, ese lugar fue llamado Jelcat Hasurín, y está en Gabaón.
17 Ese día la batalla fue muy reñida, y Abner y los israelitas fueron vencidos por los soldados de David.
18 Entre los soldados de David estaban Joab, Abisay y Asael, hijos de Seruyá. Asael era tan veloz que, cuando corría, parecía una gacela en el campo.
19 Y Asael persiguió a Abner sin darle un momento de respiro,
20 pero Abner se volvió a verlo y le dijo:
«Tú eres Asael, ¿verdad?»
Y Asael le respondió:
«Así es. Yo soy Asael.»
21 Entonces Abner le dijo:
«Hazte a un lado, hacia donde tú quieras; toma a uno de mis hombres y quédate con sus despojos.»
Pero Asael no le hizo caso, sino que siguió persiguiéndolo.
22 Y Abner volvió a decirle:
«Deja de perseguirme. No quiero matarte. ¿Con qué cara podría yo presentarme ante tu hermano Joab?»
23 Pero como Asael no dejaba de perseguirlo, Abner tomó su lanza y le clavó el revés a la altura de la quinta costilla; la lanza le salió por la espalda, y allí mismo cayó muerto. Todos lo que pasaban por allí y veían a Asael tendido, se detenían a mirarlo.
24 Joab y Abisay siguieron persiguiendo a Abner, y para cuando el sol se puso ya habían llegado a la colina de Amma, que está delante de Guiaj, junto al camino del desierto de Gabaón.
25 Entonces se reunieron los benjaminitas para perseguir a Abner; formaron un solo ejército, y se detuvieron en la parte alta de la colina.
26 Allí Abner gritó a voz en cuello, y le dijo a Joab:
«¿Vamos a estar siempre en guerra? Si seguimos así, el final de todos nosotros será muy amargo. ¿Cuándo vas a decirle a tu gente que deje de perseguir a sus propios hermanos?»
27 Y Joab le respondió:
«Te juro por Dios que, si no hubieras hablado como ahora lo has hecho, mi gente habría perseguido a sus hermanos hasta el amanecer.»
28 Y enseguida Joab mandó tocar la trompeta, y su gente se detuvo y dejó de perseguir a los israelitas. Allí terminó la lucha.
29 Entonces Abner y sus hombres caminaron por el Arabá toda aquella noche, pasaron el Jordán y cruzaron por Bitrón hasta llegar a Majanayin.
30 Joab dejó entonces de perseguir a Abner, y al contar a su ejército, resultó que faltaban Asael y diecinueve soldados de David.
31 Por el contrario, los soldados de David habían matado a trescientos sesenta soldados benjaminitas de Abner.
32 Tomaron el cuerpo de Asael y lo pusieron en el sepulcro de su padre, en Belén. Luego, Joab y sus hombres caminaron toda esa noche, y les amaneció en Hebrón.
David es proclamado rey de Judá
1 Después de esto, David consultó al Señor y le dijo:
—¿Debo ir a vivir en alguno de los pueblos de Judá?
El Señor le contestó:
—Sí, debes ir.
Entonces David preguntó:
—¿A dónde debo ir?
Y el Señor respondió:
—A Hebrón.
2 David fue allá con sus dos mujeres: Ajinoán, la del pueblo de Jezrel, y Abigaíl, la viuda de Nabal, el de Carmel. 3 También se llevó a sus compañeros con sus respectivas familias, y se establecieron en los pueblos de Hebrón. 4 Llegaron después los hombres de Judá, y consagraron allí a David como rey de Judá.
Cuando le contaron a David que los de Jabés de Galaad eran los que habían enterrado a Saúl, 5 envió David unos mensajeros a decirles: «Que el Señor los bendiga por tratar con tanta bondad a Saúl, su señor, y darle sepultura. 6 Que el Señor los trate a ustedes con bondad y fidelidad. Yo, por mi parte, los trataré bien a ustedes por esto que han hecho. 7 Pero ahora, cobren ustedes ánimo y valor, pues aunque Saúl, su señor, ha muerto, la tribu de Judá me ha consagrado para que yo sea su rey.»
Israel y Judá, en guerra
8 Pero Abner hijo de Ner, jefe del ejército de Saúl, tomó a Isboset, el hijo de Saúl, y lo llevó a Majanayin, 9 donde lo consagró como rey de Galaad, de Gesuri, de Jezrel, de Efraín, de Benjamín y de todo Israel. 10 Cuando Isboset comenzó a reinar en Israel, tenía cuarenta años, y reinó durante dos años. Pero la tribu de Judá reconocía como rey a David, 11 así que David fue rey de Judá durante siete años y seis meses, y la capital de su reino fue Hebrón.
12 Abner salió entonces de Majanayin a Gabaón, al frente de las tropas de Isboset. 13 Por su parte Joab hijo de Seruyá y las tropas de David salieron de Hebrón y se encontraron con ellos junto al depósito de agua de Gabaón. Los dos ejércitos tomaron posiciones, unos a un lado del depósito y otros al lado opuesto. 14 Entonces Abner le propuso a Joab:
—Que los jóvenes salgan a luchar delante de todos nosotros.
—De acuerdo —contestó Joab.
15 Así pues, para luchar por parte de Benjamín y de Isboset hijo de Saúl, pasaron al frente doce jóvenes soldados, y otros doce por parte de las tropas de David. 16 Cada cual agarró a su contrario por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de modo que cayeron todos muertos a la vez. Por eso aquel lugar, que está en Gabaón, fue llamado Campo de las Espadas. 17 El combate fue muy duro aquel día, y Abner y las tropas de Israel fueron derrotados por los soldados de David. 18 Allí estaban los tres hijos de Seruyá: Joab, Abisay y Asael. Este último corría veloz, como un ciervo a campo abierto, 19 y se lanzó en persecución de Abner sin darle ninguna oportunidad de escapar. 20 Y cuando Abner miró hacia atrás, exclamó:
—¡Pero si eres tú, Asael!
—¡Claro que soy yo! —respondió él.
21 Entonces Abner le dijo:
—Deja ya de perseguirme. Mejor agarra a alguno de los criados y quédate con todo lo que lleva encima.
Pero como Asael no quiso dejar de perseguirlo, 22 Abner volvió a decirle:
—¡Deja ya de perseguirme, o me veré obligado a derribarte por tierra! Y luego, ¿con qué cara voy a presentarme ante tu hermano Joab?
23 Como Asael no quiso apartarse, Abner le clavó en el vientre la punta posterior de su lanza, la cual le salió por la espalda, y Asael cayó muerto allí mismo. Y todos los que llegaban al sitio donde había caído muerto Asael se paraban a verlo. 24 Pero Joab y Abisay siguieron persiguiendo a Abner. A la puesta del sol llegaron a la colina de Amma, que está frente a Guiaj, en el camino al desierto de Gabaón. 25 Allí los benjaminitas se reunieron con Abner y, formando un solo ejército, tomaron posiciones en la cumbre de un cerro. 26 Entonces Abner le gritó a Joab:
—¿No va a tener fin esta matanza? ¿No te das cuenta de que esto solo nos traerá amargura? ¿Cuándo vas a ordenar a tu gente que deje de perseguir a sus hermanos?
27 Y Joab contestó:
—Te juro por Dios que si no hubieras dicho esto, mi gente habría seguido persiguiendo a sus hermanos hasta el amanecer.
28 En seguida Joab ordenó que tocaran las trompetas, y toda la gente se detuvo y dejó de perseguir a los israelitas y de luchar contra ellos. 29 Abner y sus hombres caminaron por la llanura de Arabá toda aquella noche, cortaron camino a través del Jordán y de todo Bitrón, y llegaron a Majanayin.
30 Joab dejó de perseguir a Abner y reunió todas sus tropas, y al pasar lista resultó que habían muerto diecinueve oficiales de David, además de Asael. 31 Sin embargo, los seguidores de David habían matado a trescientos sesenta hombres de Benjamín y de Abner.
32 Más tarde, el cuerpo de Asael fue llevado a Belén, donde fue enterrado en el sepulcro de su padre. Joab y sus hombres caminaron toda aquella noche, y al amanecer estaban en Hebrón.