Caída de Jerusalén
(Jer 39.1-7Jer 52.3-11)
1 Sedequías se rebeló contra el rey Nabucodonosor de Babilonia, y Nabucodonosor vino con todo su ejército y atacó a Jerusalén y la sitió, y levantó torres de asalto a su alrededor. Era el día diez del mes décimo del noveno año del reinado de Sedequías,
2 y la ciudad estuvo sitiada hasta el año undécimo de su reinado.
3 A los nueve días del cuarto mes el hambre en la ciudad se agravó, al grado de que la gente del país no tenía nada que comer.
4 Como ya se había abierto una brecha en la muralla de la ciudad, todos los hombres de guerra huyeron durante la noche; salieron por el camino de la puerta que estaba entre los dos muros, junto a los huertos del rey, a pesar de que los caldeos rodeaban la ciudad; el rey se fue por el camino del Arabá.
5 Pero el ejército caldeo siguió al rey, y lo apresó en las llanuras de Jericó, después de que todo su ejército había sido dispersado.
6 Apresado el rey, lo llevaron ante el rey de Babilonia en Ribla, y dictaron sentencia contra él.
7 A los hijos de Sedequías los degollaron en presencia de Sedequías, y a este le sacaron los ojos, y encadenado lo llevaron a Babilonia.
Cautiverio de Judá
(2 Cr 36.17-21Jer 39.8-10Jer 52.12-30)
8 El día siete del mes quinto del año diecinueve del rey Nabucodonosor de Babilonia, llegó a Jerusalén Nabuzaradán, que era capitán de la guardia y oficial del rey de Babilonia.
9 Y Nabuzaradán les prendió fuego al templo del Señor y al palacio real, y a todas las casas de Jerusalén y a todos los palacios de los príncipes.
10 Todo el ejército de los caldeos, que estaba con el capitán de la guardia, se dedicó a derribar las murallas que rodeaban a Jerusalén.
11 Luego, Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó cautivos a los del pueblo que habían quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al bando del rey de Babilonia, y a los que se habían quedado de la gente común.
12 A los pobres del país los dejó Nabuzaradán, capitán de la guardia, para que labraran las viñas y el campo.
13 Los caldeos derribaron las columnas de bronce y las bases, y el mar de bronce, que estaban en el templo del Señor, y se llevaron el bronce a Babilonia.
14 Se llevaron también las paletas, las despabiladeras, los cucharones, y todos los utensilios de bronce con que ministraban:
15 incensarios, cuencos, en fin, todo lo que era de oro y todo lo que era de plata. Todo eso se lo llevó el capitán de la guardia.
16 Se llevó las dos columnas, un mar, y las bases que Salomón había hecho para el templo del Señor. No fue posible pesar todo esto.
17 La altura de una columna era de ocho metros, y tenía encima un capitel de bronce; la altura del capitel era de un metro con treinta y cinco centímetros, y sobre el capitel había una red y granadas alrededor. Todo era de bronce, y la otra columna con su red estaba hecha de la misma manera.
18 El capitán de la guardia capturó luego al primer sacerdote Seraías, al segundo sacerdote Sofonías, y a tres guardias de la vajilla.
19 De la ciudad capturó a un oficial que estaba al mando de los hombres de guerra, y a cinco de los consejeros del rey, que estaban en la ciudad; al principal escriba del ejército, que llevaba el registro de la gente del país, y a sesenta varones del pueblo que se encontraban en la ciudad.
20 Nabuzaradán, capitán de la guardia, los capturó y los llevó al rey de Babilonia, que estaba en Ribla.
21 Allí en Ribla, en tierra de Jamat, el rey de Babilonia los hirió de muerte y les quitó la vida. Así es como Judá fue desterrado y llevado cautivo.
Los sobrevivientes huyen a Egipto
22 Al pueblo que el rey Nabucodonosor de Babilonia dejó en la tierra de Judá, lo puso bajo el gobierno de Gedalías, el hijo de Ajicán y nieto de Safán.
23 Y cuando todos los príncipes del ejército y su gente supieron que el rey de Babilonia había puesto por gobernador a Gedalías, fueron a verlo en Mispá. Eran Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Careaj, Seraías hijo de Tanjumet, el netofatita, y Jazanías, el hijo de un macatita, más su gente.
24 Entonces Gedalías les hizo un juramento a todos ellos, y les dijo: «No tengan ningún temor de servir a los caldeos. Habiten el país, y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien».
25 Pero en el mes séptimo Ismael, que era hijo de Netanías y nieto de Elisama, de la estirpe real, y otros diez hombres, fueron e hirieron de muerte a Gedalías, y con él a los de Judá y a los caldeos que estaban con él en Mispá.
26 Entonces todos los del pueblo, desde el menor hasta el mayor, se levantaron y se fueron a Egipto, junto con los capitanes del ejército, por temor a los caldeos.
Joaquín es liberado y homenajeado en Babilonia
(Jer 52.31-34)
27 El día veintisiete del mes duodécimo del año treinta y siete del cautiverio del rey Joaquín de Judá, el rey Evil Merodac de Babilonia, puso en libertad al rey Joaquín de Judá y lo sacó de la cárcel. Era el primer año de su reinado.
28 Le habló a Joaquín con mucha bondad, y puso su trono por encima de los tronos de los otros reyes que estaban con él en Babilonia.
29 Le cambió sus harapos de prisionero, y lo sentó a su mesa por el resto de sus días.
30 Además, todos los días Joaquín recibía de parte del rey una pensión, y esto se hizo así todos los días de su vida.
Caída de Jerusalén
(Jer 39.1-7Jer 52.3-11)
1 El día diez del mes décimo del año noveno del reinado de Sedequías, el rey Nabucodonosor marchó con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitió. Acampó frente a ella, y a su alrededor construyó rampas para atacarla. 2 La ciudad estuvo sitiada hasta el año once del reinado de Sedequías. 3 El día nueve del mes cuarto de ese año aumentó el hambre en la ciudad, y la gente no tenía ya nada que comer. 4 Ante esa situación, hicieron un boquete en las murallas de la ciudad, y aunque los caldeos la tenían sitiada, el rey y todos los soldados huyeron de la ciudad durante la noche. Salieron por la puerta entre las dos murallas, por el camino de los jardines reales, y tomaron el camino del valle del Jordán. 5 Pero los soldados caldeos persiguieron al rey Sedequías, y lo alcanzaron en la llanura de Jericó. Todo su ejército se dispersó y lo abandonó. 6 Los caldeos capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que estaba en Ribla, en el territorio de Jamat. Allí Nabucodonosor dictó sentencia contra Sedequías, 7 y en presencia de este mandó degollar a sus hijos. En cuanto a Sedequías, mandó que le sacaran los ojos y que lo encadenaran para llevarlo a Babilonia.
Destrucción del templo
(2~Cr 36.17-21Jer 39.8-10Jer 52.12-30)
8 El día siete del mes quinto del año diecinueve del reinado de Nabucodonosor, rey de Babilonia, Nabuzaradán, oficial del rey y comandante de la guardia real, llegó a Jerusalén 9 e incendió el templo, el palacio real y todas las casas de la ciudad, especialmente las casas de todos los personajes notables. 10 Luego, el ejército caldeo que lo acompañaba derribó las murallas que rodeaban Jerusalén, 11 y Nabuzaradán llevó desterrados a Babilonia tanto a los que aún quedaban en la ciudad como a los que se habían puesto del lado del rey de Babilonia, y al resto de los artesanos. 12 De la gente más pobre solo dejó a algunos, para que cultivaran los viñedos y los campos.
13 Los caldeos hicieron pedazos los objetos de bronce que había en el templo: las columnas, las bases y el enorme estanque para el agua, y se llevaron todo el bronce a Babilonia. 14 También se llevaron los ceniceros, las palas, las tijeras despabiladeras, los cucharones y todos los utensilios de bronce para el culto. 15 Igualmente, el comandante de la guardia se llevó todos los objetos de oro y plata, los braseros y los tazones. 16 Por lo que se refiere a las dos columnas, al enorme estanque para el agua y las bases que el rey Salomón había mandado hacer para el templo, su peso no podía calcularse. 17 Cada columna tenía más de ocho metros de altura, y en su parte superior tenía un adorno de bronce, de más de dos metros de altura, alrededor del cual había una rejilla toda de bronce, adornada con granadas. Las dos columnas eran iguales.
Destierro del pueblo de Judá
18 El comandante de la guardia apresó también a Seraías, sumo sacerdote; a Sofonías, sacerdote que le seguía en dignidad, y a los tres porteros principales del templo. 19 De la gente de la ciudad apresó al oficial que comandaba las tropas, a cinco hombres del servicio personal del rey, que se encontraban en la ciudad, al funcionario militar que reclutaba hombres para el ejército, y a sesenta ciudadanos notables que estaban en la ciudad. 20-21 Nabuzaradán llevó a todos estos ante el rey de Babilonia, que estaba en Ribla, en el territorio de Jamat. Allí el rey de Babilonia mandó que los mataran.
Así fue como el pueblo de Judá fue desterrado de su país.
El grupo restante huye a Egipto
(Jer 40.7-10Jer 41.1-3Jer 16-18)
22 Nabucodonosor, rey de Babilonia, nombró gobernador a Gedalías hijo de Ajicán y nieto de Safán, para que se hiciera cargo de la gente que él había dejado en Judá. 23 Y cuando los jefes del ejército de Judá y sus hombres supieron esto, fueron a Mispá para hablar con Gedalías. Eran Ismael hijo de Netanías, Johanán hijo de Careaj, Seraías hijo de Tanjumet, de Netofá; y Jazanías, hijo de un hombre de Macá. Fueron acompañados de sus hombres. 24 Gedalías les hizo un juramento a ellos y a sus hombres, y les dijo que no tuvieran miedo de los oficiales caldeos, que se quedaran a vivir en el país y sirvieran al rey de Babilonia, y que les iría bien.
25 Pero en el mes séptimo, Ismael hijo de Netanías y nieto de Elisama, que era de la familia real de Judá, llegó acompañado de diez hombres, y entre todos mataron a Gedalías y a los judíos y caldeos que estaban con él en Mispá. 26 Entonces, por miedo a los caldeos, toda la gente se levantó y se fue a Egipto, lo mismo grandes y pequeños que oficiales del ejército.
Joaquín es puesto en libertad y recibido con honores en Babilonia
(Jer 52.31-34)
27 El día veintisiete del mes doce del año treinta y siete del destierro del rey Joaquín de Judá, Evil Merodac subió al trono de Babilonia. Este nuevo rey se mostró bondadoso con Joaquín y lo sacó de la cárcel; 28 lo trató bien y le dio preferencia sobre los otros reyes que estaban con él en Babilonia. 29 De esta manera, Joaquín pudo quitarse la ropa que usaba en la prisión y comer con el rey por el resto de su vida. 30 Además, durante toda su vida, Joaquín recibió una pensión diaria de parte del rey de Babilonia.