Reinado de Manasés
(2 Cr 33.1-20)
1 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco años. Su madre se llamaba Hepsibá.
2 Pero Manasés hizo lo malo a los ojos del Señor, pues siguió las prácticas repugnantes de las naciones que el Señor había arrojado de la presencia de los israelitas;
3 además, reconstruyó los altares en los montes que Ezequías su padre había derribado, y erigió altares a Baal; hizo una imagen de Asera, como lo había hecho el rey Ajab de Israel, y adoró y rindió culto a todo el ejército de los cielos.
4 De igual manera, construyó altares en el templo del Señor, del cual el Señor había dicho: «Yo pondré mi nombre en Jerusalén»,
5 y en los dos atrios del templo del Señor construyó altares para todo el ejército de los cielos.
6 Además, a su hijo lo lanzó al fuego como sacrificio, y se entregó al estudio de los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, con lo que multiplicó la maldad a los ojos del Señor, para provocarlo a ira.
7 Él mismo hizo una imagen de Asera, y la puso en el templo del Señor, del cual el Señor había dicho a David y a su hijo Salomón:
«Yo pondré mi nombre para siempre en este templo, y en Jerusalén, ciudad que yo escogí de entre todas las tribus de Israel.
8 Jamás volveré a permitir que Israel sea llevado lejos de la tierra que di a sus padres, siempre y cuando cumplan todo lo que yo les he mandado, y sigan todo lo que está en la ley que mi siervo Moisés les dio.»
9 Pero los israelitas no obedecieron, y Manasés los indujo a que hicieran lo malo, más que las naciones que el Señor destruyó delante de ellos.
10 El Señor habló por medio de sus siervos, los profetas, y dijo:
11 «Puesto que Manasés, rey de Judá, ha incurrido en estas cosas tan repugnantes y sus actos han sido peores que todo lo que hicieron los amorreos antes de él, y puesto que con sus ídolos ha hecho pecar a Judá,
12 yo, el Señor y Dios de Israel, declaro: “Voy a traer sobre Jerusalén y sobre Judá tal calamidad, que a quien lo oiga le zumbarán los oídos.
13 Voy a medir a Jerusalén con el mismo cordel y la misma plomada con que medí a Samaria y a la dinastía de Ajab. Voy a limpiar a Jerusalén como se limpia un plato: voy a fregarla y a ponerla boca abajo.
14 Voy a desamparar al resto de mi pueblo. Voy a entregarlos en manos de sus enemigos, para que sean presa y botín de guerra de todos sus adversarios,
15 pues desde el día que sus padres salieron de Egipto y hasta el día de hoy han hecho lo malo delante de mis ojos, y me han provocado a ira.”»
16 Por si fuera poco, y además de haber hecho pecar a Judá induciéndolos a hacer lo malo a los ojos del Señor, Manasés derramó tanta sangre inocente que llenó a Jerusalén de cadáveres de un extremo al otro.
17 Los demás hechos de Manasés, y todas sus obras y los pecados que cometió, se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.
18 Cuando Manasés fue a reunirse con sus antepasados, fue sepultado en el huerto de su casa, es decir, en el huerto de Uzá, y en su lugar reinó su hijo Amón.
Reinado de Amón
(2 Cr 33.21-25)
19 Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén dos años. Su madre se llamaba Mesulemet hija de Jarús, y era de Jotbá.
20 Pero Amón hizo lo malo a los ojos del Señor, como lo había hecho Manasés, su padre,
21 pues siguió su mal ejemplo y rindió culto a los ídolos que su padre había adorado,
22 y se apartó del Señor, el Dios de sus padres, y no siguió por el camino del Señor.
23 Un día, los siervos del rey Amón conspiraron contra él, y lo mataron dentro de su mismo palacio.
24 Entonces la gente del pueblo mató a todos los que habían conspirado contra el rey Amón, y en su lugar proclamaron rey a su hijo Josías.
25 Los demás hechos de Amón se hallan registrados en el libro de las crónicas de los reyes de Judá.
26 Amón fue sepultado en su sepulcro en el huerto de Uzá, y en su lugar reinó su hijo Josías.
Reinado de Manasés en Judá
(2~Cr 33.1-20)
1 Manasés tenía doce años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante cincuenta y cinco años. Su madre se llamaba Hepsibá. 2 Pero Manasés desobedeció a Dios en todo: practicó las mismas infamias de las naciones que el Señor había arrojado de la presencia de los israelitas, 3 reconstruyó los santuarios paganos que Ezequías, su padre, había destruido, levantó altares a Baal e hizo una imagen de Asera, como antes lo había hecho Ajab, rey de Israel; además, adoró y rindió culto a todos los astros del cielo, 4 y construyó altares en el templo del Señor, del cual el Señor había dicho que sería la residencia de su nombre en Jerusalén; 5 levantó otros altares en los dos atrios del templo del Señor, y los dedicó a todos los astros del cielo. 6 Además hizo quemar a sus hijos en sacrificio, practicó la invocación de espíritus y la adivinación, y estableció el espiritismo y la hechicería.
Tan malos fueron sus hechos a los ojos del Señor, que acabó por provocar su indignación. 7 También colocó una imagen de Asera en el templo del Señor, del cual el Señor había dicho a David y a su hijo Salomón: «Este templo en Jerusalén, que he escogido entre todas las tribus de Israel, será para siempre la residencia de mi nombre. 8 No volveré a arrojar a los israelitas de la tierra que di a sus antepasados, con tal de que cumplan y practiquen todo lo que les he ordenado, y todas las enseñanzas que les dio mi siervo Moisés.»
9 Pero los israelitas no hicieron caso. Por el contrario, Manasés los llevó a actuar con más perversidad que las naciones que el Señor había aniquilado ante los israelitas. 10 Por lo tanto, el Señor habló por medio de sus siervos los profetas, y dijo: 11 «Son muchas las infamias que Manasés ha cometido, y es su maldad mayor que la de los amorreos que hubo antes que él, pues ha hecho que Judá peque con sus ídolos, 12 Por eso yo, el Señor, el Dios de Israel, declaro: Voy a acarrear tal desastre sobre Jerusalén y Judá, que a quien lo oiga hasta le van a doler los oídos. 13 Voy a destruir Jerusalén como destruí Samaria y a la familia de Ajab. Dejaré a Jerusalén limpia, como cuando un plato se limpia y, mojado, se pone boca abajo. 14 En cuanto al resto de mi pueblo, lo abandonaré y lo entregaré en manos de sus enemigos, para que sean saqueados y despojados por ellos. 15 Pues sus hechos han sido malos a mis ojos, y desde el día en que sus antepasados salieron de Egipto hasta el presente han estado provocando mi enojo.»
16 Además de los pecados que Manasés hizo cometer a Judá, y de sus malas acciones a los ojos del Señor, fue tanta la sangre inocente que derramó en Jerusalén, que la llenó de extremo a extremo. 17 El resto de la historia de Manasés y de todo lo que hizo, y los pecados que cometió, está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 18 Cuando murió, lo enterraron en Uzá, en el jardín de su palacio. Después, su hijo Amón reinó en su lugar.
Reinado de Amón en Judá
(2~Cr 33.21-25)
19 Amón tenía veintidós años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén dos años. Su madre se llamaba Mesulemet, y era hija de Jarús, de Jotbá. 20 Pero sus hechos fueron malos a los ojos del Señor, como los de su padre Manasés, 21 pues siguió sus mismos malos pasos y rindió culto y adoró a los mismos ídolos que su padre había adorado. 22 Así abandonó al Señor, el Dios de sus antepasados, y no actuó conforme a su voluntad.
23 Los oficiales de Amón conspiraron contra él, y lo asesinaron en su palacio. 24 Pero la gente del pueblo mató a los que habían conspirado contra el rey Amón, y en su lugar hicieron reinar a su hijo Josías.
25 El resto de la historia de Amón y de lo que hizo está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 26 Lo enterraron en su sepulcro del jardín de Uzá. Después, su hijo Josías reinó en su lugar.