Sisac invade Judá
(1 R 14.21-31)
1 Una vez que Roboán consolidó su reinado, él y todos los israelitas se apartaron de la ley del Señor.
2 Pero por haberse rebelado contra el Señor, en el quinto año del reinado de Roboán, el rey Sisac de Egipto atacó a Jerusalén.
3 Llegó con mil doscientos carros de guerra y con sesenta mil soldados de caballería, y un ejército muy numeroso de libios, suquienos y etíopes, que venía con él desde Egipto,
4 así que Sisac conquistó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó hasta Jerusalén.
5 Entonces el profeta Semaías fue a ver a Roboán y a los príncipes de Judá que, por causa de Sisac, estaban reunidos en Jerusalén, y les dijo:
«Así ha dicho el Señor: “Puesto que ustedes me han abandonado, yo también los he abandonado en las manos de Sisac.”»
6 Pero los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron:
«El Señor ha actuado con justicia.»
7 Cuando el Señor vio que ellos se habían humillado, la palabra del Señor vino a Semaías, y le dijo:
«Puesto que se han humillado, no voy a destruirlos, ni voy a descargar mi enojo contra Jerusalén por medio de Sisac; más bien, pronto voy a salvarlos.
8 Pero van a servir a Sisac, para que vean cuán diferente es servirme a mí y servir a los reyes de otras naciones.»
9 Fue así como el rey Sisac de Egipto atacó a Jerusalén, y se adueñó de los tesoros que había en el templo del Señor y en el palacio real, así como de los escudos de oro que Salomón había hecho. Todo se lo llevó,
10 y en su lugar el rey Roboán mandó hacer escudos de bronce y se los entregó a los jefes de la guardia, los cuales cuidaban la entrada al palacio del rey.
11 Cuando el rey iba al templo del Señor, los de la guardia venían por los escudos y los llevaban, y después los devolvían a la sala de la guardia.
12 Cuando Roboán se humilló, la ira del Señor se apartó de él y no lo destruyó del todo, y hasta en Judá se compusieron las cosas.
13 Una vez fortalecido, Roboán reinó en Jerusalén. Tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que el Señor escogió entre todas las tribus de Israel para establecer allí su nombre. La madre de Roboán era amonita, y se llamaba Noamá.
14 Pero Roboán hizo lo malo y no se dispuso a buscar de corazón al Señor.
15 Los primeros hechos de Roboán, y los últimos se hallan escritos en los libros del profeta Semaías y del vidente Iddo, y en el registro de familias. Entre Roboán y Jeroboán hubo constantes guerras.
16 Y cuando finalmente Roboán descansó entre sus padres, fue sepultado en la ciudad de David, y en su lugar reinó su hijo Abías.
Sisac invade Judá
(1~R 14.21-31)
1 Cuando el reinado de Roboán se consolidó y él se sintió fuerte, dejó de cumplir la ley del Señor, y todo Israel hizo lo mismo. 2 Pero, como fueron infieles al Señor, en el quinto año del reinado de Roboán, Sisac, rey de Egipto, fue y atacó a Jerusalén 3 con mil doscientos carros de combate, sesenta mil soldados de caballería, más una innumerable tropa de libios, suquienos y etíopes que venía con él de Egipto. 4 Sisac conquistó las ciudades fortificadas de Judá, y llegó hasta Jerusalén.
5 Entonces el profeta Semaías se presentó ante Roboán y los jefes de Judá, que ante el avance de Sisac se habían reunido en Jerusalén, y les dijo: «El Señor dice que ustedes lo han abandonado y que, por eso, ahora él los abandonará y los entregará en manos de Sisac.»
6 Los jefes de Israel y el rey reconocieron humildemente: «¡El Señor tiene razón!»
7 Al ver el Señor que ellos se habían humillado, le dijo a Semaías: «Por haberse humillado, no los destruiré. Dentro de poco voy a librarlos, y no utilizaré a Sisac para descargar mi ira sobre Jerusalén; 8 pero ustedes van a quedar sometidos a él, y se darán cuenta de la diferencia que hay entre servirme a mí y servir a los reyes de otras naciones.»
9 Sisac, rey de Egipto, atacó a Jerusalén y se apoderó de los tesoros del templo del Señor y del palacio real. Todo lo saqueó, y se llevó también los escudos de oro que había hecho Salomón. 10 El rey Roboán los reemplazó por escudos de bronce que dejó al cuidado de los oficiales de la guardia que vigilaba la entrada del palacio real. 11 Y cada vez que el rey iba al templo del Señor, iban los guardias y los llevaban. Luego volvían a ponerlos en el cuarto de guardia. 12 Así pues, porque Roboán se humilló, se calmó la ira del Señor contra él y no lo destruyó totalmente. A pesar de todo, también había cosas buenas en Judá.
13 El rey Roboán aumentó su poder en Jerusalén, y siguió reinando. Cuando comenzó a reinar tenía cuarenta y un años, y reinó diecisiete años en Jerusalén, ciudad que el Señor escogió entre todas las tribus de Israel para residir en ella. La madre de Roboán se llamaba Noamá, y era de Amón. 14 Los actos de Roboán fueron malos, pues no trató de buscar al Señor con sinceridad.
15 La historia de Roboán, desde el principio hasta el fin, está escrita en las crónicas del profeta Semaías y del profeta Iddo, en el registro familiar.
16 16 (15b) Hubo guerra continuamente entre Roboán y Jeroboán. 17 17 (16) Y cuando Roboán murió, fue sepultado en la Ciudad de David. Después reinó en su lugar su hijo Abías.