Visión del cambio de ropas de Josué
1 Luego, en una visión el Señor me mostró al sumo sacerdote Josué. Estaba en pie delante del mensajero del Señor; y al lado derecho de Josué estaba el ángel acusador, que se disponía a acusarlo. 2 Entonces el Señor le dijo al acusador: «¡Que el Señor te reprenda! ¡Que el Señor, que ha elegido a Jerusalén, te reprenda! Pues este hombre es como un carbón encendido rescatado del fuego.» 3 Josué estaba vestido con ropas muy sucias, y permanecía en pie delante del mensajero del Señor. 4 Entonces el mensajero ordenó a sus ayudantes que le quitaran a Josué aquellas ropas sucias. Luego le dijo: «Mira, esto significa que te he quitado tus pecados. ¡Y voy a hacer que te vistan de fiesta!» 5 En seguida ordenó a sus ayudantes que pusieran a Josué un turbante limpio en su cabeza. Ellos se lo pusieron, y después lo vistieron con ropas de fiesta. Mientras tanto, el mensajero del Señor permanecía allí en pie.
6 Luego el mensajero del Señor le dijo a Josué: 7 «Esto dice el Señor todopoderoso: “Si andas por mis caminos y cumples los deberes que te he encomendado, quedarás a cargo de mi templo. Cuidarás de él y de sus atrios, y yo te daré un puesto entre estos ayudantes que están a mi servicio. 8 Escucha bien, Josué, como sumo sacerdote, y escuchen también tus compañeros, los sacerdotes consejeros, pues todos aquellos son como una señal profética: Ciertamente voy a traer a mi siervo, el Retoño. 9 Aquí está la piedra que yo he puesto delante de Josué, una sola piedra que tiene siete ojos. Yo mismo grabaré en ella una inscripción, y en un solo día, quitaré el pecado de este país. 10 Cuando llegue ese día, ustedes podrán invitarse unos a otros y juntarse a la sombra de sus parras y sus higueras. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.”»
Visión del cambio de ropas de Josué
1 Luego, en una visión el Señor me mostró al sumo sacerdote Josué. Estaba en pie delante del mensajero del Señor; y al lado derecho de Josué estaba el ángel acusador, que se disponía a acusarlo. 2 Entonces el Señor le dijo al acusador: «¡Que el Señor te reprenda! ¡Que el Señor, que ha elegido a Jerusalén, te reprenda! Pues este hombre es como un carbón encendido rescatado del fuego.» 3 Josué estaba vestido con ropas muy sucias, y permanecía en pie delante del mensajero del Señor. 4 Entonces el mensajero ordenó a sus ayudantes que le quitaran a Josué aquellas ropas sucias. Luego le dijo: «Mira, esto significa que te he quitado tus pecados. ¡Y voy a hacer que te vistan de fiesta!» 5 En seguida ordenó a sus ayudantes que pusieran a Josué un turbante limpio en su cabeza. Ellos se lo pusieron, y después lo vistieron con ropas de fiesta. Mientras tanto, el mensajero del Señor permanecía allí en pie.
6 Luego el mensajero del Señor le dijo a Josué: 7 «Esto dice el Señor todopoderoso: “Si andas por mis caminos y cumples los deberes que te he encomendado, quedarás a cargo de mi templo. Cuidarás de él y de sus atrios, y yo te daré un puesto entre estos ayudantes que están a mi servicio. 8 Escucha bien, Josué, como sumo sacerdote, y escuchen también tus compañeros, los sacerdotes consejeros, pues todos aquellos son como una señal profética: Ciertamente voy a traer a mi siervo, el Retoño. 9 Aquí está la piedra que yo he puesto delante de Josué, una sola piedra que tiene siete ojos. Yo mismo grabaré en ella una inscripción, y en un solo día, quitaré el pecado de este país. 10 Cuando llegue ese día, ustedes podrán invitarse unos a otros y juntarse a la sombra de sus parras y sus higueras. Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.”»