1 Escuchen esto, vacas de Basán,
damas del monte de Samaria,
que oprimen a los pobres
y maltratan a los necesitados,
que ordenan a sus maridos
traerles algo para beber.
2 Dios el Señor ha jurado por su santidad:
«Ya viene el día en que ustedes
serán llevadas cautivas y ensartadas con ganchos,
y aun las últimas serán arrastradas con anzuelos.
3 Una tras otra, saldrán por los desfiladeros,
y las echarán hacia el monte Hermón.»
El Señor lo afirma.
Una exhortación irónica
4-5 «Israelitas, ¡vengan a Betel, a cometer delitos!
¡Vayan a Gilgal, y multipliquen sus pecados!
Traigan sus sacrificios por la mañana,
y sus diezmos cada tercer día.
Quemen pan leudado en acción de gracias,
anuncien, den a conocer sus ofrendas voluntarias,
ya que eso es lo que a ustedes tanto les gusta.»
El Señor lo afirma.
A pesar del castigo, Israel no aprende
6 «Yo hice que ustedes pasaran hambre
en todas sus ciudades;
y que les faltara el pan
en todos sus poblados,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
7 «Hasta detuve la lluvia
cuando aún faltaban tres meses para la cosecha.
En una ciudad hice llover y en otra no;
en un campo llovió, y otro se secó por falta de agua;
8 la gente iba de ciudad en ciudad en busca de agua,
y no podían saciar su sed,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
9 «Les mandé plagas y vientos calurosos;
hice que sus huertos y viñedos se secaran;
las langostas se comieron sus higueras y olivares,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
10 «Les mandé una plaga como la de Egipto;
dejé morir en la guerra a sus mejores soldados;
dejé que sus caballos fueran capturados;
dejé que olieran en sus campamentos el hedor de los muertos,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
11 «Los destruí con una catástrofe tremenda,
como la que mandé sobre Sodoma y Gomorra,
¡hasta parecían una brasa sacada del fuego!,
pero ustedes no se volvieron a mí.»
El Señor lo afirma.
12 «Por eso, Israel, lo mismo haré contigo;
y porque voy a tratarte así,
¡prepárate para encontrarte con tu Dios!»
13 ¡Aquí está quien dio forma a las montañas!
¡Aquí está el creador del viento,
el que da a conocer sus planes a los mortales,
el que transforma la oscuridad en luz del día,
el que recorre las alturas de la tierra!
¡Aquí está el Señor, el Dios todopoderoso!
¡Ese es su nombre!
1 Escuchen esto, vacas de Basán,
damas del monte de Samaria,
que oprimen a los pobres
y maltratan a los necesitados,
que ordenan a sus maridos
traerles algo para beber.
2 Dios el Señor ha jurado por su santidad:
«Ya viene el día en que ustedes
serán llevadas cautivas y ensartadas con ganchos,
y aun las últimas serán arrastradas con anzuelos.
3 Una tras otra, saldrán por los desfiladeros,
y las echarán hacia el monte Hermón.»
El Señor lo afirma.
Una exhortación irónica
4-5 «Israelitas, ¡vengan a Betel, a cometer delitos!
¡Vayan a Gilgal, y multipliquen sus pecados!
Traigan sus sacrificios por la mañana,
y sus diezmos cada tercer día.
Quemen pan leudado en acción de gracias,
anuncien, den a conocer sus ofrendas voluntarias,
ya que eso es lo que a ustedes tanto les gusta.»
El Señor lo afirma.
A pesar del castigo, Israel no aprende
6 «Yo hice que ustedes pasaran hambre
en todas sus ciudades;
y que les faltara el pan
en todos sus poblados,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
7 «Hasta detuve la lluvia
cuando aún faltaban tres meses para la cosecha.
En una ciudad hice llover y en otra no;
en un campo llovió, y otro se secó por falta de agua;
8 la gente iba de ciudad en ciudad en busca de agua,
y no podían saciar su sed,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
9 «Les mandé plagas y vientos calurosos;
hice que sus huertos y viñedos se secaran;
las langostas se comieron sus higueras y olivares,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
10 «Les mandé una plaga como la de Egipto;
dejé morir en la guerra a sus mejores soldados;
dejé que sus caballos fueran capturados;
dejé que olieran en sus campamentos el hedor de los muertos,
¡pero ustedes no se volvieron a mí!»
El Señor lo afirma.
11 «Los destruí con una catástrofe tremenda,
como la que mandé sobre Sodoma y Gomorra,
¡hasta parecían una brasa sacada del fuego!,
pero ustedes no se volvieron a mí.»
El Señor lo afirma.
12 «Por eso, Israel, lo mismo haré contigo;
y porque voy a tratarte así,
¡prepárate para encontrarte con tu Dios!»
13 ¡Aquí está quien dio forma a las montañas!
¡Aquí está el creador del viento,
el que da a conocer sus planes a los mortales,
el que transforma la oscuridad en luz del día,
el que recorre las alturas de la tierra!
¡Aquí está el Señor, el Dios todopoderoso!
¡Ese es su nombre!