Los israelitas designan ciudades de refugio
(Nm 35.6-34Dt 4.41-43Dt 19.1-13)
1 Después el Señor le ordenó a Josué: 2 «Habla con los israelitas y diles que escojan ciudades de refugio, tal como lo ordené por medio de Moisés. 3 Si una persona mata a otra accidentalmente, sin intención, podrá huir a una de esas ciudades para protegerse de la venganza de los familiares. 4 El que busque refugio en uno de esos lugares llegará a la puerta de la ciudad y hará su declaración ante los consejeros de la ciudad. Entonces ellos le permitirán entrar y le darán un lugar para vivir. 5 Si el pariente más cercano del muerto lo persigue, los consejeros no entregarán al refugiado, pues mató a su prójimo sin intención y no por tenerle odio. 6 Pero esa persona tendrá que quedarse en la ciudad hasta que se presente ante todo el pueblo para ser juzgado, y hasta que muera el sumo sacerdote que en aquel tiempo esté en funciones. Después, esa persona refugiada podrá volver a su propia casa y ciudad.»
7 Se eligieron seis ciudades de refugio. Por el lado oeste: Cedes en Galilea, en las montañas de Neftalí; Siquén en los montes de Efraín, y Quiriat Arbá, también conocida como Hebrón, en los montes de Judá. 8 Del lado este, frente a Jericó: Beser, de la tribu de Rubén; Ramot, de la tribu de Gad; y Golán, de la tribu de Manasés. 9 Estas fueron las ciudades de refugio que escogieron para todos los israelitas y para los extranjeros que vivieran entre ellos. Allí podría refugiarse cualquiera que por accidente matara a otro, para que de este modo el pariente más cercano del muerto no pudiera vengarse y matarlo antes de que el pueblo lo juzgara.
Los israelitas designan ciudades de refugio
(Nm 35.6-34Dt 4.41-43Dt 19.1-13)
1 Después el Señor le ordenó a Josué: 2 «Habla con los israelitas y diles que escojan ciudades de refugio, tal como lo ordené por medio de Moisés. 3 Si una persona mata a otra accidentalmente, sin intención, podrá huir a una de esas ciudades para protegerse de la venganza de los familiares. 4 El que busque refugio en uno de esos lugares llegará a la puerta de la ciudad y hará su declaración ante los consejeros de la ciudad. Entonces ellos le permitirán entrar y le darán un lugar para vivir. 5 Si el pariente más cercano del muerto lo persigue, los consejeros no entregarán al refugiado, pues mató a su prójimo sin intención y no por tenerle odio. 6 Pero esa persona tendrá que quedarse en la ciudad hasta que se presente ante todo el pueblo para ser juzgado, y hasta que muera el sumo sacerdote que en aquel tiempo esté en funciones. Después, esa persona refugiada podrá volver a su propia casa y ciudad.»
7 Se eligieron seis ciudades de refugio. Por el lado oeste: Cedes en Galilea, en las montañas de Neftalí; Siquén en los montes de Efraín, y Quiriat Arbá, también conocida como Hebrón, en los montes de Judá. 8 Del lado este, frente a Jericó: Beser, de la tribu de Rubén; Ramot, de la tribu de Gad; y Golán, de la tribu de Manasés. 9 Estas fueron las ciudades de refugio que escogieron para todos los israelitas y para los extranjeros que vivieran entre ellos. Allí podría refugiarse cualquiera que por accidente matara a otro, para que de este modo el pariente más cercano del muerto no pudiera vengarse y matarlo antes de que el pueblo lo juzgara.