Con Dios, jamás seré derrotado
SALMO 62 (61)
(1) Himno de David, dedicado a Jedutún.
1-2 1-2 (2-3) Solo Dios me da tranquilidad,
solo él puede salvarme;
solo él me da su protección,
¡jamás seré derrotado!
3 3 (4) Ustedes, todos ustedes,
¡ya dejen de atacarme
y de querer acabar conmigo!
¡Hasta parezco una pared inclinada,
una cerca a punto de caerse!
4 4 (5) Ustedes solo piensan humillarme.
Les encanta decir mentiras:
de labios para afuera
me expresan buenos deseos,
pero en su pensamiento
me desean las peores cosas.
5 5 (6) Solo Dios me da tranquilidad;
solo él me da confianza.
6 6 (7) Solo él me da su protección,
solo él puede salvarme;
¡jamás seré derrotado!
7 7 (8) Dios es mi salvador;
Dios es mi motivo de orgullo;
me protege y me llena de fuerza.
¡Dios es mi refugio!
8 8 (9) Pueblo mío,
¡confía siempre en Dios!
Cuando vayas a su templo,
cuéntale todos tus problemas.
¡Dios es nuestro refugio!
9 9 (10) No hay un solo hombre
que valga más que un suspiro;
todos son pura ilusión.
Si los pesaran en una balanza,
¡ni juntos pesarían gran cosa!
10 10 (11) No pongan su confianza
en el dinero mal ganado;
no se hagan ilusiones
con el fruto de sus robos.
¡No vivan solo para hacerse ricos!
11 11 (12) Dios ha dicho muchas veces:
«Soy un Dios poderoso,
12 12 (13) pero también, un Dios de amor.»
Dios mío,
tú nos das a cada uno
lo que merecen nuestros hechos.
Dios, el único refugio
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.
1 En Dios solamente está acallada mi alma;
De él viene mi salvación.
2 Él solamente es mi roca y mi salvación;
Es mi refugio, no resbalaré mucho.
3 ¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre,
Tratando todos vosotros de aplastarle
Como pared desplomada y como cerca derribada?
4 Solamente consultan para arrojarle de su grandeza.
Aman la mentira;
Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. Selah
5 Alma mía, en Dios solamente reposa,
Porque de él es mi esperanza.
6 Él solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
7 En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
8 Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio. Selah
9 Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;
Pesándolos a todos igualmente en la balanza,
Serán menos que nada.
10 No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis;
Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
11 Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder,
12 Y tuya, oh Señor, es la misericordia;
Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.