Plegaria pidiendo ser librado de los perseguidores
(Sal. 108.1-5)
Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva.
1 Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí;
Porque en ti ha confiado mi alma,
Y en la sombra de tus alas me ampararé
Hasta que pasen los quebrantos.
2 Clamaré al Dios Altísimo,
Al Dios que me favorece.
3 Él enviará desde los cielos, y me salvará
De la infamia del que me acosa; Selah
Dios enviará su misericordia y su verdad.

4 Mi vida está entre leones;
Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;
Sus dientes son lanzas y saetas,
Y su lengua espada aguda.

5 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu gloria.

6 Red han armado a mis pasos;
Se ha abatido mi alma;
Hoyo han cavado delante de mí;
En medio de él han caído ellos mismos. Selah

7 Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto;
Cantaré, y trovaré salmos.
8 Despierta, alma mía; despierta, salterio y arpa;
Me levantaré de mañana.
9 Te alabaré entre los pueblos, oh Señor;
Cantaré de ti entre las naciones.
10 Porque grande es hasta los cielos tu misericordia,
Y hasta las nubes tu verdad.

11 Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios;
Sobre toda la tierra sea tu gloria.
SALMO 57 (56)
Oración en que se pide la ayuda divina
(Sal 108.1-5[2-6])
1 (1) Del maestro de coro. «No destruyas». Poema de David, cuando huyó de Saúl y se escondió en la cueva.
1 1 (2) Ten compasión de mí, Dios mío,
ten compasión de mí,
pues en ti busco protección.
Quiero protegerme debajo de tus alas
hasta que el peligro haya pasado.
2 2 (3) Voy a clamar al Dios altísimo,
al Dios que en todo me ayuda.
3 3 (4) Él enviará desde el cielo su amor y su verdad,
y me salvará de los que con rabia me persiguen.

4 4 (5) Tendido estoy, por el suelo,
entre leones que devoran a la gente;
sus dientes son como lanzas y flechas,
su lengua es una espada afilada.

5 5 (6) Dios mío, tú estás por encima del cielo.
¡Tu gloria cubre toda la tierra!

6 6 (7) Mis enemigos me tendieron una trampa
para doblegar mi ánimo;
cavaron un hoyo a mi paso,
pero ellos mismos cayeron en él.

7 7 (8) Mi corazón está dispuesto, Dios mío,
mi corazón está dispuesto a cantarte himnos.
8 8 (9) Despierta, alma mía;
despierten, arpa y salterio;
¡despertaré al nuevo día!
9 9 (10) Te alabaré, Señor, con himnos,
en medio de pueblos y naciones.
10 10 (11) Pues tan grande es tu amor que llega al cielo;
tu verdad llega hasta el cielo azul.

11 11 (12) Dios mío, tú estás por encima del cielo.
¡Tu gloria cubre toda la tierra!