Job desea abogar su causa delante de Dios
1 Respondió Job, y dijo:
2 Hoy también hablaré con amargura;
Porque es más grave mi llaga que mi gemido.
3 ¡Quién me diera el saber dónde hallar a Dios!
Yo iría hasta su silla.
4 Expondría mi causa delante de él,
Y llenaría mi boca de argumentos.
5 Yo sabría lo que él me respondiese,
Y entendería lo que me dijera.
6 ¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza?
No; antes él me atendería.
7 Allí el justo razonaría con él;
Y yo escaparía para siempre de mi juez.
8 He aquí yo iré al oriente, y no lo hallaré;
Y al occidente, y no lo percibiré;
9 Si muestra su poder al norte, yo no lo veré;
Al sur se esconderá, y no lo veré.
10 Mas él conoce mi camino;
Me probará, y saldré como oro.
11 Mis pies han seguido sus pisadas;
Guardé su camino, y no me aparté.
12 Del mandamiento de sus labios nunca me separé;
Guardé las palabras de su boca más que mi comida.
13 Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar?
Su alma deseó, e hizo.
14 Él, pues, acabará lo que ha determinado de mí;
Y muchas cosas como estas hay en él.
15 Por lo cual yo me espanto en su presencia;
Cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
16 Dios ha enervado mi corazón,
Y me ha turbado el Omnipotente.
17 ¿Por qué no fui yo cortado delante de las tinieblas,
Ni fue cubierto con oscuridad mi rostro?
Job
1-2 Una vez más me quejo amargamente
porque Dios ha descargado su mano sobre mí.
3 ¡Oh, si supiera yo dónde encontrarlo,
y cómo llegar a donde vive!
4 Presentaría ante él mi caso,
pues me sobran argumentos.
5 ¡Ya sabría cómo responder
a lo que él me contestara!
6 Dios no usaría la fuerza como argumento,
sino que me escucharía
7 y reconocería que tengo la razón;
me declararía inocente,
¡me dejaría libre para siempre!
8 Pero busco a Dios en el oriente, y no está allí;
lo busco en el occidente, y no lo encuentro.
9 Me dirijo al norte, y no lo veo;
me vuelvo al sur, y no lo percibo.
10 Dios conoce cada uno de mis pasos;
si me pone a prueba, saldré puro como el oro.
11 Yo siempre he seguido sin desviarme
el camino que él me ha señalado.
12 Siempre he cumplido sus leyes y mandatos,
y no mi propia voluntad.
13 Cuando él decide realizar algo, lo realiza;
nada le hace cambiar de parecer.
14 Lo que él ha dispuesto hacer conmigo, eso hará,
junto con otras cosas semejantes.
15 Por eso le tengo miedo;
el solo pensarlo me llena de terror.
16 Dios, el Todopoderoso,
me tiene acobardado.
17 ¡Oh, si la noche me hiciera desaparecer
y me envolviera la oscuridad!