Enfermedad de Ezequías
(2 Cr. 32.24-26Is. 38.1-22)1 En aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte. Y vino a él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así: Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. 2 Entonces él volvió su rostro a la pared, y oró a Jehová y dijo: 3 Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro. 4 Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 5 Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová. 6 Y añadiré a tus días quince años, y te libraré a ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria; y ampararé esta ciudad por amor a mí mismo, y por amor a David mi siervo. 7 Y dijo Isaías: Tomad masa de higos. Y tomándola, la pusieron sobre la llaga, y sanó.
8 Y Ezequías había dicho a Isaías: ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día? 9 Respondió Isaías: Esta señal tendrás de Jehová, de que hará Jehová esto que ha dicho: ¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? 10 Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. 11 Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.
Ezequías recibe a los enviados de Babilonia
(2 Cr. 32.27-31Is. 39.1-8)12 En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió mensajeros con cartas y presentes a Ezequías, porque había oído que Ezequías había caído enfermo. 13 Y Ezequías los oyó, y les mostró toda la casa de sus tesoros, plata, oro, y especias, y ungüentos preciosos, y la casa de sus armas, y todo lo que había en sus tesoros; ninguna cosa quedó que Ezequías no les mostrase, así en su casa como en todos sus dominios. 14 Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le dijo: ¿Qué dijeron aquellos varones, y de dónde vinieron a ti? Y Ezequías le respondió: De lejanas tierras han venido, de Babilonia. 15 Y él le volvió a decir: ¿Qué vieron en tu casa? Y Ezequías respondió: Vieron todo lo que había en mi casa; nada quedó en mis tesoros que no les mostrase.
16 Entonces Isaías dijo a Ezequías: Oye palabra de Jehová: 17 He aquí vienen días en que todo lo que está en tu casa, y todo lo que tus padres han atesorado hasta hoy, será llevado a Babilonia, sin quedar nada, dijo Jehová. 18 Y de tus hijos que saldrán de ti, que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en el palacio del rey de Babilonia. 19 Entonces Ezequías dijo a Isaías: La palabra de Jehová que has hablado, es buena. Después dijo: Habrá al menos paz y seguridad en mis días.
Muerte de Ezequías
(2 Cr. 32.32-33)20 Los demás hechos de Ezequías, y todo su poderío, y cómo hizo el estanque y el conducto, y metió las aguas en la ciudad, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? 21 Y durmió Ezequías con sus padres, y reinó en su lugar Manasés su hijo.
Enfermedad y curación de Ezequías
(2~Cr 32.24-26Is 38.1-8)1 Por aquellos días, Ezequías cayó gravemente enfermo, y el profeta Isaías hijo de Amoz fue a verlo y le dijo:
—El Señor dice: “Da tus últimas instrucciones a tu familia, porque no sanarás, sino que vas a morir.”
2 De cara a la pared, Ezequías oró al Señor con estas palabras: 3 «Señor, yo te suplico que te acuerdes de que te he servido con fidelidad y sinceramente, y que he hecho lo que te agrada.» Y lloró amargamente.
4 Y sucedió que antes de que Isaías saliera al patio central del palacio, el Señor se dirigió a Isaías y le dijo: 5 «Vuelve y dile a Ezequías, jefe de mi pueblo: “El Señor, el Dios de tu antepasado David, dice: He escuchado tu oración, y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte y, dentro de tres días, podrás ir al templo del Señor. 6 Voy a darte quince años más de vida, y a ti y a Jerusalén los libraré del rey de Asiria. Por consideración a mi siervo David y a mí mismo, yo protegeré esta ciudad.”»
7 Isaías mandó hacer una pasta de higos, que se le aplicó al rey en la parte enferma, y el rey sanó. 8 Ezequías había preguntado a Isaías:
—¿Por qué señal me daré cuenta de que el Señor me va a sanar, y de que dentro de tres días podré ir al templo del Señor?
9 E Isaías respondió:
—Esta señal del Señor te será la prueba de que él te cumplirá su promesa: ¿Quieres que la sombra avance en el reloj diez gradas, o que las retroceda?
10 Y Ezequías le contestó:
—Que la sombra avance es cosa fácil. Lo difícil es que retroceda.
11 Entonces el profeta Isaías invocó al Señor, y el Señor hizo que la sombra retrocediera las diez gradas que había avanzado en el reloj de sol de Ajaz.
Ezequías recibe a los enviados de Babilonia
(2~Cr 32.27-31Is 39.1-8)12 Por entonces el rey Merodac Baladán hijo de Baladán, rey de Babilonia, oyó decir que Ezequías había estado enfermo, así que por medio de unos mensajeros le envió cartas y un regalo. 13 Ezequías los atendió y les mostró su tesoro, la plata y el oro, los perfumes, el aceite fino y su depósito de armas, y todo lo que se encontraba en sus depósitos. No hubo nada en su palacio ni en todo su reino que no les mostrara. 14 Entonces el profeta Isaías fue a ver al rey Ezequías, y le preguntó:
—¿De dónde eran esos hombres que vinieron, y qué te dijeron?
Ezequías respondió:
—Eran de un país lejano. Vinieron de Babilonia.
15 Isaías le preguntó:
—¿Y qué vieron en tu palacio?
Ezequías contestó:
—Vieron todo lo que hay en él. No hubo nada en mis depósitos que yo no les mostrara.
16 Isaías dijo entonces a Ezequías:
—Escucha este mensaje del Señor: 17 “Vienen días en que todo lo que hay en tu palacio, y todo lo que hasta el día de hoy juntaron tus antepasados será llevado a Babilonia. Aquí no quedará nada. 18 Aun algunos de tus propios descendientes serán llevados a Babilonia, y allá los castrarán y los pondrán como criados en el palacio del rey.”
19 Ezequías pensó que, al menos durante su vida, habría paz y seguridad, así que respondió a Isaías:
—Es favorable este mensaje que me has traído de parte del Señor.
Muerte de Ezequías
(2~Cr 32.32-33)20 El resto de la historia de Ezequías y de sus hazañas, y de cómo construyó el estanque y el canal para llevar el agua a la ciudad está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá. 21 Cuando Ezequías murió, su hijo Manasés reinó en su lugar.