El aporte de la Reforma Protestante a la fe cristiana
Sola Escritura
Los reformadores afirmaban que todo lo que se cree y practica debe tener como fundamento la sola Palabra de Dios. El Papa, la Iglesia, la Tradición, los Concilios no pueden estar por sobre la autoridad de la Palabra. Los reformadores creyeron que era un peligro de muerte no tener una regla autorizada, la cual solo fue hallada en la Sola Escritura.
(2 Timoteo 3:16)
“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.”
Inspirar significa que “tiene el soplo de Dios”:
- (Génesis 2:7) Dios dio vida a Adán con su soplo.
- (Juan 6:63) Su Palabra es vida para el hombre.
La Palabra es vida, vigente y vivificante:
(Hebreos 4:12)
“La Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
La Palabra de Dios es lo único que puede regir la conciencia del hombre.
(Juan 5:39)
“Escudriñad las Escrituras, porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.”
El poder de la Palabra
- La Palabra viva: (1 Pedro 1:23 / Hechos 7:38)
- Completa, total, formativa: (2 Timoteo 3:16)
- Cumple su objetivo: (Isaías 55:11)
- Cruje el corazón de piedra y lo pulveriza: (Jeremías 23:29)
- Opera efectivamente en la gente: (1 Tesalonicenses 2:13)
- Representa el poder violento del Espíritu (dunamis): (Efesios 6:17 / Romanos 1:16)
La Palabra:
- Es la regla inerrante, la infalible Palabra de Dios (no debe cambiarse por un “hombre infalible”; se debe confiar en la revelación de Dios).
- Atentos a no permitir fuentes de autoridad extrañas y peligrosas (liderazgos, falsos profetas y apóstoles, el razonamiento, etc.).
- No cambiar la Palabra por técnicas terapéuticas, la psicología, estrategias de mercadeo, entretenimiento barato, medios de comunicación, etc.
- La Biblia, correctamente interpretada, debe ser expuesta, predicada y enseñada en la Iglesia de Cristo.
Solo la Gracia (Sola Gratia)
a) La gracia de Dios
La gracia es un favor de parte de Dios que no merecemos. Es otorgada al hombre solo por Dios y por su sola misericordia, e impartida a quien Él desea darla.
b) La salvación en mano de los hombres
El tema de la salvación solo puede estar en control y administración de Dios, no de la Iglesia. La Iglesia Católica enseñaba que el hombre debía ganarse el favor de Dios y añadir obras para consumar su salvación. Esto incluía:
- Los sacramentos
- Las penitencias
- Participar en rituales vanos, etc.
Se llegaba incluso a ofrecer la remisión de los pecados por dinero.
c) Posición de los reformadores
Los reformadores concluyeron que el pecado del hombre es tan grande que nada puede pagar por él. Por tal causa, Dios es el único administrador de la salvación del hombre. No es necesaria la mediación de la Iglesia, de los hombres ni de las instituciones, ya que la sola gracia es suficiente.
d) Los reformadores apelan a la autoridad de la Palabra
- (Isaías 48:11) “Por mí, por amor de mí mismo lo haré, para que no sea profanado mi nombre, y mi honra no la daré a otro.”
- (Efesios 2:1) “Él os dio vida, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados.”
(Versículo 8) “Por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios.” - (Efesios 2:9) “No es por obras, para que nadie se gloríe.”
- (Romanos 8:29-30) “A los que antes conoció, también los predestinó para que fueran hechos conforme a la imagen de su Hijo… y a los que predestinó, a estos también llamó; y a los que llamó, a estos también justificó; y a los que justificó, a estos también glorificó.”
Solo la Fe (Sola Fide)
a) La respuesta del hombre
Los reformadores predicaron que la parte del hombre es responder a la misericordia de Dios (su gracia). Esta respuesta es traducida por su sola fe, y para efectos de la salvación no debía estar adornada con obras que le condujeran a ser salvo. La fe es el paso responsorial del hombre a su Creador.
Pruebas bíblicas:
- (Hechos 16:30-31)
“…Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.” - (Romanos 5:1-2)
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”
b) En esa época, la Iglesia era la dispensadora de la salvación
- La persona debía creer y obedecer lo que la Iglesia ordenaba.
- Era necesario “mantener la salvación” a través de los sacramentos, los ritos penitenciales y las obras.
c) Posición de los Reformadores
1. Rechazo a la autoridad eclesiástica sobre la salvación
Los reformadores rehusaron aceptar que una iglesia pudiera atribuirse la autoridad de repartir la salvación según su conveniencia. En cambio, acudieron nuevamente a la Palabra de Dios como única fuente de verdad.
Juan 6:40: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que todo aquel que ve al Hijo y cree en Él tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día final”.
2. La fe como respuesta del ser humano
Romanos 1:17: “Porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: El justo por la fe vivirá”.
3. Las obras como fruto visible de la fe verdadera
Santiago 2:18-19: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras”.
4. Solo Cristo (Solus Christus)
a) Cristo, el centro absoluto del Evangelio
Jesucristo, la Segunda Persona de la Trinidad, es Dios mismo. Él es la única puerta de acceso a Dios, y su mediación es exclusiva.
Juan 14:6: “Jesús les contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre” (BDHH).
b) La Biblia afirma la centralidad de Cristo en la salvación
1 Timoteo 2:5: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”.
c) María reconoce esta autoridad de Cristo
Juan 2:5: “Ella dijo a los que estaban sirviendo: Hagan todo lo que Él les diga” (BDHH). La misma madre de Jesús reconoce su autoridad, reafirmando así su papel único.
d) Solo Cristo es establecido como mediador de la salvación eterna
– “Es el autor y consumador de nuestra fe”.
– “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo” (Juan 10:9).
– “Yo soy la luz”.
La Confesión de Westminster también sostiene esta doctrina:
“Cristo: Sacerdote para siempre, Rey, Cabeza de la Iglesia, Salvador del mundo, Heredero de todas las cosas, Juez de todo el mundo, verdadero Dios”.
e) Advertencia de la Confesión de Cambridge (1996)
– Nada puede ocupar el lugar de Cristo.
– No debemos confiar en nosotros mismos ni sustituir a Cristo por el llamado “evangelio de la autoestima” o “evangelio de la autosuficiencia”, centrado en la salud y prosperidad.
– Cristo no puede ser reemplazado por productos de consumo religiosos, como la “fe empaquetada”.
– Frente a la ansiedad por los resultados, proyectos o estadísticas, es urgente volver a colocar a Cristo en el centro y remover al hombre.